Peliculón por donde se vea. Hoy en día uno baja la cabeza de indignación ante bodrios como Eragon (entre muchos otros que acechan cada navidad) que pretenden imitar el éxito comercial de LOTR, Potter o Narnia. Estos intentos de película no solo defraudan a sus productores al no colmarlos de dinero, si no también al público que ya cansado evita todas las películas del género.

Quizás por eso Stardust se vuelve una de las películas más infravaloradas de los últimos tiempos, por que para mi en ningún momento se parece a las tres sagas antes mencionadas ni mucho menos al Eragon de los cojones, Stardust “brilla” por cuenta propia contando un cuento de hadas innovador, entretenidísimo (dura poco más de dos horas y no me he enterado) y diferente. Y a ese espléndido y sorprendente guión le ayuda mucho el memorable reparto con caras como Michelle Pfeiffer, Robert De Niro (aunque a este quizás le faltó un poco más de presencia), Claire Danes y el prometedor Charlie Cox. Eso más los efectos, la fotografía, los decorados artísticos y la música ponen a Stardust muy a la altura de las clásicas películas fantásticas. Merece más reconocimiento.