Excelente comienzo, Shia LaBeouf hace funcionar las primeras escenas con su versatilidad y eclipsa totalmente al resto del reparto. Los demás actores no se hacen notar especialmente Carrie-Anne Moss y David Morse que solo en la segunda mitad cobran importancia por que el guión lo exige y no por sus capacidades interpretativas. La chica guapa de turno es absolutamente innecesaria, su papel en la historia es totalmente prescindible y la actriz no es precisamente la más indicada para dar profundidad a tan vacio personaje.

En la segunda mitad se desinfla y sigue los estereotipos que impuso el terror americano, el final es predecible desde lejos y estropea lo que hasta ese momento estaba siendo una película cautivante.

Eso si, hay que poner atención a la carrera de Shia LaBeouf que con el tiempo nos va a tomar por sorpresa.