Solo hay que mirar el cartel: Danny DeVito prácticamente acabado tironeando un cable de luces con Matthew Broderick que nunca ha dado tanta pena, y ambos colocados con el Paint sobre una foto de la dichosa casa. Uno ya se puede dar idea de lo que le espera en la película.

Es muy común que todas estos intentos de cine que se realizan cada año para aprovechar el tirón de las festividades terminen mal ya que su único propósito es sacarle dinero a las familias y subnormalizar a los niños con la insufrible personalidad del protagonista (Broderick) y las odiosas moralejas y escenas ñoñas.

Los asquerosos chistes te hacen odiar al guionista responsable con toda tu alma y a los personajes predecibles dan ganas de matarlos (especialmente a las gemelas golfas y macizorras). Todo combinado con las ya mencionadas moralejas solo te hacen aborrecer las festividades.