Esta película se enmarca fielmente dentro del género de aquellas que, al terminar de verlas, nos generan una abrumadora sensación de haber perdido el tiempo. Su propuesta parte de una descarada imitación del "Misterio de la bruja de Blair", sólo que sin una cuarta parte de la gracia que tenía aquella película. Es una lástima porque la historia principal -los habitantes de un pequeño pueblo estadounidense desaparecen en los años 40 en el bosque; unos reporteros van a investigar qué sucedió- resulta interesante; pero está aliñada con actuaciones penosas, reacciones de los personajes sin coherencia ni verosimilitud y, lo peor de todo, un ritmo vertiginosamente lento, aunque en realidad se podría hablar de una completa ausencia de ritmo. Porque esta película, a pesar de sus escenas, alguna que otra bastante cruda, no tiene sangre en las venas y a veces da la impresión de que el guión fue improvisado o de que se les ocurrió una tarde fumando alguna que otra sustancia sospechosa. En fin, no sólo lamentable, sino que tampoco asusta, sólo aburre; y encima con el recochineo de unas supuestas aspiraciones metafóricas-trascendentales que afloran al final y que dan risa... o pena.