Cuando hemos salido del cine alguién ha comentado: "es terrible lo que hemos visto". Yo he añadido: "Lo terrible no es lo que hemos visto sino lo que no hemos visto". Todo este preambulo para reconocer que las guerras no tienen sentido ni razón de ser, que lo destruyen todo, que acaban con todo.
Creo que el director Bahman Ghobadi y todo su equipo han realizado un trabajo sensacional, digno de elogio, con pocos medios han logrado meternos en la acción. La fotografía, muy digna, es una realización soberbia. Los actores, casi todos menores de edad, lo hacen a la perfección. El guión sencillamente magistral.
La destrucción, la falta de familia, el haber perdido miembros (del cuerpo y de la familia) hacen que un grupo muy numeroso de niños se afanen por ganarse la vida y por seguir por esa senda que conduce a la destrucción. La primera escena y su continuación al final de la película hacen que el resto de los minutos enlacen maravillosamente para un final que se preveía.
Película muy dura pero basada en una realidad que cada vez nos es más cercana.