Hoy (7-1-22) salió la noticia de la muerte de Bogdanovich. Para recordarlo, pasé una mañana espléndida viendo "She's funny that way", la última de las grandes comedias de enredos con las que homenajeó a los directores que amó durante toda su vida, tales como Howard Hawks, Ernst Lubitsch y el Blake Edwards de "Diamantes para el desayuno".
Bogdanovich fue un apasionado del cine de todas las épocas, no solo de ayer. Fue amigo de los más grandes maestros, entrevistó y escribió libros sobre varios de ellos y dirigió películas estupendas, muchas de las cuales tienen especial interés para los cinéfilos. Pienso, por ejemplo, en "The cat's meow", donde agrega información de primera mano sobre la muerte del director Thomas Ince en el yate Oneida, donde viajaban Charles Chaplin y Louella Parsons, además del dueño del barco, el magnate William Randolph Hearst.
En "She's funny that way" (un detalle de finesse es que jamás se escucha la canción que le da título a la película y que se hizo inolvidable en la voz de Billie Holiday), Peter Bogdanovich retoma el tono de "¿Qué pasa doctor?" Se luce, como siempre, por su timing y por la excelencia de un libro del que fue coautor. El ingenio y el buen humor con que fue hecha se siente en el aire y se contagia a todos los bienaventurados que, como yo, tengan la buena idea de ver el film. Como despedida solo se puede decir gracias. Te llevaremos siempre en el corazón todos los que amamos el cine.