La verdad es que es de esas películas por las que no te importa pagar entrada. Primero, qué buen trabajo de caracterización, es increible el parecido de Helen Mirren con el de la reina Isabel. El trabajo interpretativo de ella es de nota. Por otro lado, no sé hasta que punto a la monarquía inglesa le ha hecho gracia este reflejo de la familia porque desde mi punto de vista han quedado como puros déspotas al mantener ese tan marcado carácter conservador e inflexible que tan bien sale reflejado (hasta la abuela que parecía la más maja por la tele) incluso en un tema tan delicado como lo fue para el pueblo inglés, la muerte de Diana.
Por otro lado Blair aparece como un niño bueno que aun con su cargo, parece ser que le sobra tiempo para desayunar en familia y pasar más horas en casa (con lo revuelta que se ve) que en su despacho. Aquí tengo mis dudas.
Por lo demás tiene momentos muy interesantes.