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Voto de FERNANDO BERMEJO:
8
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Thriller Último capítulo de la trilogía cinematográfica "X-Men". Un hecho amenaza con alterar el curso de la historia. Por primera vez, los mutantes pueden elegir: o conservar su singularidad, condenándose al aislamiento, o renunciar a sus poderes y convertirse en seres humanos normales. Los líderes de los mutantes sostienen puntos de vista antagónicos: mientras Charles Xavier aboga por la tolerancia, Magneto defiende la tesis de la ... [+]
18 de enero de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Bryan Singer anunció a las puertas de iniciarse el rodaje de la tercera parte de X-Men, que abandonaba la franquicia mutante de la factoría Marvel para dirigir Superman returns, muchos fuimos los que temimos lo peor. La situación planteada con la deserción del amigo Singer al bando adversario no era precisamente halagüeña, pues el buen hacer del director de Sospechosos habituales parecía irreemplazable y nada presagiaba que Brett Ratner, un director cuya trayectoria (Hora punta, Family Man, Dragón rojo) no pasaba de la mera corrección formal, fuera capaz de sustituir a Singer con la máxima solvencia. Sin nada que incitara a la euforia, el miedo a que el tercer episodio de la saga desmereciera a los 2 anteriores fue cobrando forma a pasos agigantados. Una vez estrenada X-Men 3: La decisión final, las voces más agoreras se silenciaron y las previsiones más pesimistas se esfumaron repentinamente por un motivo tan simple como inapelable: X-Men 3 es una cinta notable que poco tiene que envidiar a sus dos partes precedentes, una película que merece el reconocimiento de que nos hallamos ante un cierre más que digno para una de las sagas que, para deleite de los/as aficionados/as, mejor ha sabido adaptar un cómic de superhéroes al celuloide. Ratner no ha aportado una visión particular ni ningún planteamiento personal, sino que ha apostado claramente por la opción continuista, y imitando con maestría el buen pulso narrativo de Singer, así como su dinámica resolución de las escenas de acción, se ha reivindicado como un experimentado artesano. El fruto de este proceder, tan práctico como eficiente, ha sido un largometraje altamente entretenido que reedita esa curiosa mixtura entre espectacularidad visual y una suerte de reflexión para todos los públicos acerca de la marginación, la tolerancia y el racismo. Dicho esto, y visto el buen sabor de boca que las tres piezas han dejado, sólo nos queda lamentarnos por el que parece el final definitivo de la saga, aunque, bien mirado, a veces conviene no exprimir demasiado el limón, no vaya a ser que no quede jugo…
FERNANDO BERMEJO
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