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Voto de FERNANDO BERMEJO:
6
Drama. Comedia Versión libre del nacimiento del festival más famoso de la historia. Fue Elliot Tiber quien hizo posible que, en 1969, el Festival de Música y Arte de Woodstock se convirtiera en un acontecimiento histórico. Elliot, un decorador neoyorquino, tiene que volver a su pueblo para ayudar a sus padres a llevar un viejo motel, El Mónaco. Cuando se entera de que en un pueblo vecino han suspendido un festival de música hippy, llama a los ... [+]
21 de septiembre de 2009
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coincidiendo con el 40 aniversario de la celebración del famoso festival hippie que da título a esta película, Ang Lee estrena Destino: Woodstock, una versión libre, basada en las memorias de Elliot Tiber, que incita a creernos que trata sobre cómo transcurrieron aquellos días de locura, paz, amor y libertad, pero que en realidad es un descarado intento de colarnos una comedia que aprovecha el tirón de la efeméride antes mentada.

Y es que el nuevo filme del oscarizado director chino-estadounidense, pese a las expectativas temáticas que genera su título, guarda escasa relación con el evento musical del 69. Como crónica sentimental, Destino: Woodstock aporta pocos datos de lo debió ser aquel acontecimiento, y se dedica a narrar, con el festival como telón de fondo y detonante liberador, la emancipación de su joven protagonista con respecto a sus padres, así como su liberación (homo)sexual y consiguiente aceptación de su recién adquirida tendencia.

¿Música? En segundo término. ¿Política? Sólo una anecdótica referencia a la compleja situación estadounidense de aquel entonces. ¿Mención al auge y caída del hipismo y descripción de sus valores? Muy velada, por no decir sólo intuida por el espectador más voluntarioso. ¿Qué queda del festival en todo esto? Lo suficientemente poco como para defraudarnos: el uso de la multipantalla en homenaje al histórico documental de Michael Wadleigh, una aventurilla con ácido del protagonista (con alucinaciones lisérgicas y coloristas incluidas) y alguna canción (Doors, Grateful Dead, The Band…).

¿Es Destino: Woodstock una mala película? No, es sólo una comedia amable, mejor que muchas de las astracanadas que atestan nuestras carteleras, pero en ningún caso hilarante, irónica o ingeniosa. Una película que, tras algún retoque argumental, bien podría suceder en Benicàssim, y que constata que el director de Brokeback mountain y Tigre y dragón se maneja infinitamente mejor en el registro trágico que en el cómico.
FERNANDO BERMEJO
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