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Nueva Zelanda Nueva Zelanda · Jaen
Voto de capacitivo:
8
Drama. Comedia. Intriga. Fantástico Andreas, sin saber cómo, acaba de llegar a una extraña ciudad. Tiene trabajo, casa e incluso esposa, pero nota que algo no va bien. La gente que lo rodea parece vacía y superficial, y sus intentos por escapar a ese tipo de vida se verán abocados al fracaso. (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2009
43 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea principal del filme es el olvido de los placeres más simples del ser humano, para crear una maravilla surrealista donde se nos ofrece una sociedad perfecta, donde cada uno debería tener todo lo necesario, pero pagando un alto precio, nunca más volver a disfrutar del sabor de un buen café, del olor del pan recién hecho, de lo gratificante de una conversación innovadora, del placer de tener un orgasmo, del hecho de sentirse afortunado por vivir etc.

Desde que nacemos se nos inculca una idea que inexorablemente nos acompañará el resto de nuestras vidas. La desestimación de los pequeños placeres de la vida.
Sólo durante una corta etapa de nuestra niñez disfrutamos de estos placeres que te da la vida gratis y sin pedirte casi nada a cambio. Los objetivos diarios son: comer, beber, mear, cagar, disfrutar de la compañía de los seres queridos y observar el mundo que te rodea.

Los problemas llegan al comenzar la escolarización. Levantarse temprano, empezar a aprender cosas, empiezan a valorarte con positivos o N.M. (necesita mejorar). Con comer e ir al baño, tu vida ya no es plena. Empiezas, de manera muy superflua, a rendir cuentas a la maquinaria de la sociedad. Al mismo tiempo, empiezas a comprender la televisión y se te inculcan unos valores sociales y estéticos que te acompañarán de por vida. Necesitarás, y sin saber porque, ser como casi todos, pertenecer a un grupo, llegar a algo.

Durante la niñez, los gordos ya no gustarán, los feos tampoco, ni los bajitos, ni los diferentes y todo porque en la TV los niños son todos esbeltos, guapos, altos e idénticos entre sí.
Los años pasarán, y el nivel de exigencia aumentará. Si eres estudioso al instituto, sino al FP y sino a trabajar en lo que sea. Ya hemos sido estratificados en tres capas, cada una "mejor" que la otra pero siempre con exigencias, eso sí a niveles distintos.

Da igual, el escalón que te surja, tu vida nunca llegará a ser "completamente satisfactoria". Si eres un crack en los estudios, buscarás un trabajo que te exija el máximo con el supuesto estrés que conlleva. Si eres menos crack, tendrás un trabajo medio, hasta quizá sea cómodo y bien pagado, pero seguro que tú mujer no es lo suficientemente ideal para ti, o desearías tener un coche más caro o lo que sea. Todo así, uno tras otro, cada humano siempre quiere más, siempre está insatisfecho. Da igual lo que tengas, ni donde, ni como, que siempre querrás algo más.

Así que aprendamos a disfrutar de las pequeñas cosas y como primer acto, esta curiosa y desconocida película noruega.
capacitivo
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