Una peli como Dios manda (y eso que es vieja de cojones), contando con uno de los mejores repartos que se conocen con Donald Sutherland, John Cassavetes, Telly Savalas, Lee Marvin, Ernest Borgnine, George Kennedy y Charles Bronson entre otros. El guión marcó un antes y un después en la forma de hacer cine enfocado a la segunda guerra mundial, con menos pelis heroicas y mas de aventuras (véase Where Eagles Dare (1969), Kelly's Heroes (1970) Saving Private Ryan (1998) o Inglorious Basterds (2009) entre otras muchas), y es que desde el inicio comienzan los cambios, ya que no hay un solo personaje individual, sino colectivo, y no son heroes al puto estilo de John Wayne, no, que va, son reclusos convictos, si habéis oido bien ¡reclusos convictos en la segunda guerra mundial!. El único que no está condenado a muerte es Lee Marvin, encargado de poner orden y entrenar a los doce soldados para una misión suicida. Los reclusos tienen que tomar la peculiar decisión de o morir bien en la horca a manos de un soldado americano o bien en una misión suicida a manos de los nazis, vamos una decisión facil de cojones. Desde el primer momento, la relación ente Reisman (Marvin) y los doce cambia desde el odio mutuo hasta la semi-amistad. Algunos (osados ellos) creen que la escena de acción final es demasiado corta (unos 30 minutos) pero en mi opinión eso no es verdad porque todo va concorde al guión y la escena de la demolición del castillo es una pasada, con más de dos minutos de fuego, caos y sangre sobre la campiña francesa, mera espectadora del desembarco del 6 de junio, fecha calcada a la de los doce del patíbulo ¿guiño?.

Los personajes son tal para cual, el mayor Reisman es un devaluado e ingenuo soldado, Brown es un activista negro, Savallas es un psicópata, asesino en serie, racista y misógino, Sutherland es un tonto retrasado, Bronson es el tío duro con unos cojones como una casa, Cassavettes es un capo italiano de la mafia, Meeker es un cantautor que lleva su guitarra al campo de batalla...Me lo paso tan bien cada vez que la veo, y pienso que en 1967, año del estreno de la peli, las ideas del director Robert Aldrich, maestro del cine bélico no se distancian mucho de los hoy presentes, y ese es uno de los logros de la película.

Genial, de duración perfecta y con unas interpretaciones magistrales, es una de las mejores peliculas de acción bélica y aventura que haya visto, muy entretenida y recomendable incluso a aquellos que odian la guerra, porque es una película con un mensaje tanto inteligente como difícil de encontrar, y como no va a ser para menos, os reto a que lo encontréis.