Comedia negra, políticamente incorrecta, provocadora, satírica, y aún así, se deja un espacio para el drama aleccionador. Todo eso es este último trabajo de Taika Waititi, quien tomó una novela de angustia y la convirtió en esta tragicomedia espectacular.

Jojo es un nene de diez años nazi. Pero RE NAZI, eh! En realidad tanto como puede ser alguien de su edad hincha de un club, después de que su padre le comiera la cabeza desde bebé con eso. Imaginate, el pibe es parte de las Juventudes Hitlerianas y hasta tiene al mismísimo Führer de amigo imaginario. Pero todo su fanatismo lo hará entrar en conflicto cuando descubra que su madre esconde a una chica judía en su propia casa.

Es increíble el uso que se hace de distintas referencias culturales, la burla a ciertas formas de representación, y en cuanto a la narrativa, las distintas semillas que va dejando desde el inicio para cosechar todo al final, sobre todo en lo que a imagen se refiere.

Tremenda actuación de Roman Griffin Davis, que se bancó toda una peli desde la perspectiva de su personaje. Menos participación pero más contundencia tienen Scarlett Johansson y Sam Rockwell, los dos que más sobresalen de un elenco que igualmente está muy muy bien.

Te vas a reír de entrada, te va a provocar, te vas a encariñar y luego te va a atrapar, resultando algo irresistible.