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Terror
Virginia, una dependienta de una tienda de libros usados, está obsesionado con las novelas de terror, en particular con una titulada "I, madman". El libro cuenta la historia de un siniestro doctor que mutila partes de sus víctimas para usarlas como maquillaje en un loco intento de conseguir el amor de la persona que ama. Pronto Virginia descubrirá que la historia no es ficticia, es más, el demente está comenzando a cruzar la delgada ... [+]
29 de junio de 2009
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tibor Takács es un húngaro que se fue a hacer las Américas con la aspiración de entrar por la puerta grande en la Meca del cine. Es evidente que no lo consiguió. Eso sí, el tío se especializó en la creación de una serie B chusquera hasta decir basta, que sin embargo y de forma inexplicable adquirió la categoría de cine de culto. Y es que, esta demostrado que cualquiera puede ser un director de culto, tan sólo depende del número de frikis, adolescentes pajilleros y/o gafapastas que seas capaz de camelarte para que hablen bien de ti. Con todo, a pesar del gran número de fans que adoran sus películas, el culto ha ido desvaneciéndose en los últimos tiempos, especialmente desde que el director húngaro ha optado por el rodaje de telefilmes de terror destinados a ser emitidos en la televisión por cable. Entre estos destacan dos engendros diarreicos como Arañas Devoradoras (Ice Spider) o Mega Snake, ambas del 2007. Sin duda un año negro para el mundo del celuloide.
Aunque tiene gracia que, si comparamos las últimas obras de Takács con su producción durante los ochenta, en los que rodó las dos entregas de La Puerta (The Gate, 1987 y The Gate II. Trespassers, 1990) y estas Lecturas Diabólicas (I, Madman, 1987), podemos apreciar una clara evolución a peor… y mira que era difícil.
La que para muchos es la obra maestra del “artista” es, precisamente, Lecturas diabólicas. Una película protagonizada por los olvidables Clayton Rohner y Jenny Wright, una chica bastante apañá, habitual de la serie B hasta que se quitó de en medio, para suerte de familiares y amigos a los que seguramente señalarían por la calle y amenazarían de hostiar, no con pocos motivos. Recuerdo vagamente haber visto esta película a principios de los 90 en el mítico programa de Joan Lluís Goas titulado “Noche de lobos”, un espacio que en los albores de Antena 3 se dedicaba a emitir exclusivamente películas de terror, algunas buenas o muy buenas, otras simplemente regulares y las más del estilo de estas Lecturas diabólicas. A pesar de lo dicho, yo y otros muchos, le estaremos eternamente agradecidos al bueno de Goas, cuyo espacio nos descubrió algunas obras maestras del género.
He leído por ahí que esta película fue concebida como una especie de homenaje al mundo del pulp. No se si eso es cierto o solamente es la percepción de algún fan incondicional. En cualquier caso, ¡menudo homenaje, señor mío!, manda cojones. Teniendo en cuenta que importantes maestros de lo macabro, como Robert Bloch o el mismísimo H. P. Lovecraft, dieron sus primeros pasos en este tipo de revistas, maldita gracia que les debería hacer el homenaje.
Aunque tiene gracia que, si comparamos las últimas obras de Takács con su producción durante los ochenta, en los que rodó las dos entregas de La Puerta (The Gate, 1987 y The Gate II. Trespassers, 1990) y estas Lecturas Diabólicas (I, Madman, 1987), podemos apreciar una clara evolución a peor… y mira que era difícil.
La que para muchos es la obra maestra del “artista” es, precisamente, Lecturas diabólicas. Una película protagonizada por los olvidables Clayton Rohner y Jenny Wright, una chica bastante apañá, habitual de la serie B hasta que se quitó de en medio, para suerte de familiares y amigos a los que seguramente señalarían por la calle y amenazarían de hostiar, no con pocos motivos. Recuerdo vagamente haber visto esta película a principios de los 90 en el mítico programa de Joan Lluís Goas titulado “Noche de lobos”, un espacio que en los albores de Antena 3 se dedicaba a emitir exclusivamente películas de terror, algunas buenas o muy buenas, otras simplemente regulares y las más del estilo de estas Lecturas diabólicas. A pesar de lo dicho, yo y otros muchos, le estaremos eternamente agradecidos al bueno de Goas, cuyo espacio nos descubrió algunas obras maestras del género.
He leído por ahí que esta película fue concebida como una especie de homenaje al mundo del pulp. No se si eso es cierto o solamente es la percepción de algún fan incondicional. En cualquier caso, ¡menudo homenaje, señor mío!, manda cojones. Teniendo en cuenta que importantes maestros de lo macabro, como Robert Bloch o el mismísimo H. P. Lovecraft, dieron sus primeros pasos en este tipo de revistas, maldita gracia que les debería hacer el homenaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Bueno, al tajo. La peli que nos ocupa básicamente va de una tipa, muy rubita y muy tontita ella, que es una ávida lectora de novelitas de terror y crímenes. En estas que, en la caótica librería en la que trabaja, encuentra un libro en el cual un monstruo mitad hombre - mitad chacal, creación de un científico demente, escapa y siembra el terror allá por donde va. Impresionada por esta lectura, se decide por indagar sobre la vida de su autor y agotar su exigua bibliografía, compuesta por ese y otro libro más. Ese segundo libro se titula I, madman (dando titulo a la peli) y tiene la particularidad de que los sucesos que narra se trasladan a la vida real de quien los lee. Y como es un libro de terror y va de un asesino en serie, pues os podéis imaginar. Y como encima la señorita esta liada con un inspector de la policía, pues también os imaginaréis a quien le encomendarán la investigación. Vamos, que es un zurullo de película de dimensiones considerables. Un mojón de primer orden. Pero aquí el campeón, pese al mal recuerdo que tenía de la misma, se la papó por segunda vez. Tengo que agradecérselo a los amigos de Ono, siempre tan preocupados en darnos acceso a joyitas del séptimo arte como esta.
Para acabar la ficha crítica, añado un par de cositas más. Las interpretaciones espantosas, los efectos especiales de puta pena, y el maquillaje digno de un club de travelos y drag queens. De la fotografía “rica en matices” mejor ni hablamos. Hala, ha deslomarse buscando en los cineclubs alguna copia de Lecturas diabólicas, que el esfuerzo merece la pena.
PD. He descubierto gracias al Imdb (y al Filmaffinity) que el amigo Tibor también es el director de esa preciosa serie llamada Sabrina la bruja adolescente, así como de las películas que sobre esta aprendiz de bruja se rodaron para la televisión. Y es que, me da a mi, que a este tío lo mismo le da chicha que limoná.
¡Tibor Takács for President!… de Hungría.
Para acabar la ficha crítica, añado un par de cositas más. Las interpretaciones espantosas, los efectos especiales de puta pena, y el maquillaje digno de un club de travelos y drag queens. De la fotografía “rica en matices” mejor ni hablamos. Hala, ha deslomarse buscando en los cineclubs alguna copia de Lecturas diabólicas, que el esfuerzo merece la pena.
PD. He descubierto gracias al Imdb (y al Filmaffinity) que el amigo Tibor también es el director de esa preciosa serie llamada Sabrina la bruja adolescente, así como de las películas que sobre esta aprendiz de bruja se rodaron para la televisión. Y es que, me da a mi, que a este tío lo mismo le da chicha que limoná.
¡Tibor Takács for President!… de Hungría.