Una película algo arriesgada para los estándares de 1996, que no es que fuera la Edad Media, pero desde luego eran tiempos menos abiertos que los actuales. Solo hay que recordar a la ridícula España de Pepe Navarro y "Esta noche cruzamos... el Mississippi", para traer de vuelta a una sociedad que seguía escandalizándose con idioteces, mientras se revolcaba en los albores de la telebasura. Aunque viendo las redes sociales, parece que la cosa no ha cambiado mucho.

Tanto Robin Williams como Nathan Lane hacen un buen trabajo, logrando transmitir una simpatía y un cariño bastante apreciable hacia sus personajes. A Hackman, sin embargo, lo encuentro desaprovechado, y creo que su papel podría haber dado más juego. Lo mismo sucede con Hank Azaria, al que veo con un potencial sin explotar.

Los que no pegan ni con cola son Dan Futerman y esa medio anoréxica y pre "Ally McBeal" Calista Flockhart, quien ya demostraba por entonces lo pobre actriz que era y la cara de asco que parece acompañarla a perpetuidad. Futerman, por suerte, ha tenido una carrera actoral olvidable, mayormente televisiva (en el mal sentido de la palabra), ahorrándonos así su falta de carisma delante de la cámara. Le fue mejor como guionista.

En general, creo que la historia fluye, aunque tiene bajones innecesarios, caso del metraje desperdiciado con algún número musical o con conversaciones que no acaban de aportar nada (véase spoiler 1). Esto deriva en otras escenas que se notan forzadas, apresuradas, cuando claramente necesitaban de más minutos para coger cuerpo (véase spoiler 2).

En resumen, una buena película con la que pasar un rato agradable. No pida más.