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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
3
Comedia. Fantástico En un mundo en el que las marionetas coexisten con los humanos como ciudadanos de segunda clase, un títere que trabaja como detective privado, Phil Phillips, trata de seguir la pista del asesino de su hermano, que amenaza también con eliminar uno por uno a los miembros de un famoso show de los 80. La siguiente en la lista es un viejo amor de Phil, Jenny (Elizabeth Banks), lo que le empuja a pedir ayuda a su antigua compañera de trabajo, ... [+]
13 de agosto de 2020
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"Los teleñecos", nombre con el que se bautizó a "The muppets" en España (véase spoiler 1), es un producto televisivo infantil estadounidense integrado por títeres de fieltro. Creado por el matrimonio Henson a mediados del siglo pasado, "Los teleñecos" empezaron siendo un trabajo menor dentro de otro programa de TV. Con la llegada de los setenta, se independizó gracias a dinero británico para formar su propio programa, traspasando así fronteras. Tanto fue su éxito que aún hoy sigue explotándose comercialmente.

Con el transcurrir de las décadas, "Los teleñecos" han aprendido a sobrevivir al paso del tiempo e, incluso, a la muerte de su creador, convirtiéndose en un referente (y en un negocio del copón) en lo que respecta a la programación televisiva para niños, hasta el punto de llegar a tener su propia serie animada. El cine, por su parte, tampoco se ha librado de la incursión de estos personajes, con largometrajes esporádicos estrenados a lo largo de los años. Sin embargo, a pesar de todas las variantes y medios en los que han aparecido, este producto siempre había sido para churumbeles. Hasta ahora.

Así, en el 2018, el hijo del fallecido Jim Henson, Brian, dio un paso al frente para intentar huir de la alargada sombra de su padre con un producto disruptivo (véase spoiler 2): en vez de fabricar otro derivado de las ideas paternas, pegó un golpe de timón y se centró en el público adulto. Teleñecos con dos rombos.

La idea era mezclar los muñecos de fieltro con una realidad más mundana, en donde la violencia, el sexo y el lenguaje soez fueran la norma. Una propuesta que llegaba veintinueve años tarde porque, ya en 1989, un desconocido Peter Jackson estrenó "El delirante mundo de los Feebles". Parodia descarnada de lo que Jim Henson llevaba haciendo desde 1955 y que, con el paso de las décadas, se convertiría en una obra de culto.

Para sacar adelante el trabajo, Brian recurrió al guionista Todd Berger, quien ya había sentado las ideas previas de esta historia con un cortometraje estrenado en su etapa universitaria. Como protagonista se buscaron a la odiosa Melissa McCarthy. Esa cómica metida a pseudoactriz que tanta gracia les hace a algunos, pero que a mí me revienta (véase spoiler 3). A su lado, varios teleñecos con voces más o menos reconocibles en los EE.UU., aunque esto es algo que se pierde en el doblaje al castellano. El resultado fue una película con un presupuesto de $40 millones que hizo una taquilla global de $27.5 millones. Vamos, que la tontería acabó costando sus buenas perras.

El problema es que su hipótesis de partida no es necesariamente cierta. Su director, Brian, asumió que, si los teleñecos hacen gracia por ser infantiles, y si el lenguaje grosero y las situaciones sórdidas gustan a los adultos, la mezcla de ambos no puede fallar. Al fin y al cabo, al neozelandés le funcionó. Sin embargo, el experimento falló.

El error de razonamiento no es fácil de encontrar. Algunos críticos la han acusado de ser demasiado ordinaria, pero Jackson fue aún más extremo. Por tanto, no es la ordinariez. Otros han señalado la sobrecarga de excesos en los primeros veinte minutos. Podría ser pero, nuevamente, Jackson tampoco se quedó manco dando leña en el 89. Luego tampoco parece que sea eso. Una tercera opción, que apunta maneras, es la idea anotada por un comentarista de FilmAffinity, quien cita la falta de un objetivo. Me gusta esa explicación. Promete. Y, por supuesto, no podemos obviar el hecho de que los personajes apenas tienen carisma, error imperdonable en toda historia de detectives en particular y en el cine en general.

Por mi parte, y tirando de mis tirrias, apunto a la McCarthy como un fallo de casting, pues su antipatía resta enteros. Luego está el caos de las situaciones aberrantes que se arrojan al espectador, y que no parecen seguir mucha lógica. Es como si el guion estuviera al servicio de los desvaríos y no al revés. Esto, a su vez, eclipsa el hilo conductor, hasta el punto de que al espectador le importa un comino. Éste solo sigue sentado porque espera otra escena excesiva, ya que la historia no pasa de una mezcolanza de ideas ya vistas. Y quizás la traducción del guion al castellano, en donde se han insertado chistes que solo se entienden por estas tierras, también chirríe lo suyo.

En resumen, una tontería que fracasó en taquilla y que demostró que ser hijo de un triunfador no es sinónimo de genialidad. A veces los genes se saltan una generación... o más. Con suerte, quizás deje para el recuerdo la descontrolada escena del despacho, que tampoco es que sea el mejor recuerdo deseable. Nunca seis nominaciones a los Razzies fueron tan merecidas. Y el que se llevó Melissa en la frente, más aún.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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