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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
3
Comedia. Infantil Howard Langston es un atareado hombre de negocios que llega tarde a la clase de kárate de su hijo Jamie. Para que le perdone promete regalarle lo que pida por Navidad: Jamie le pide un muñeco Turboman. El problema es que el juguete es el más popular y está agotado en todas las jugueterías. Contando sólo con unas pocas horas antes de la Navidad, Howie inicia una cómica odisea por toda la ciudad a la caza y captura del preciado juguete. (FILMAFFINITY) [+]
26 de julio de 2019
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A mediados de los noventa Schwarzenegger ya se olía que su buena estrella no brillaba como antes. Tras un periodo de gloria brutal con "Desafío total" (1990) y "Terminator 2" (1991), Arnie se llevó un primer bofetón con "El último gran héroe" (1993). La propuesta no alcanzó la taquilla mínima para evitar el desastre y la crítica se cebó con ella. Y eso que era una parodia que prometía.

Al año siguiente estrenó "Mentiras arriesgadas" (1994), una buena película de acción que, si bien fue rentable, la crítica no estuvo por bailarle el agua. Para colmo, se topó con el, por entonces primigenio, fenómeno de los "ofendiditos", quienes vieron en la cinta un ataque de Jim Cameron al islam. Una lacra, el de los egos de cristal, que hoy día es ya una pandemia, y que, sugiero, se resolvería con una hostia con la mano abierta y menos Internet. Sea como fuere, algo le pasaba a la trayectoria del austríaco. Ese mismo año "Junior" (1994) fue otro fracaso y, aquí sí, los críticos no hicieron prisioneros. El duo Arnold - DeVito no logró repetir las gracietas del pasado.

Al año siguiente llegó "Eraser", que suponía la vuelta del republicano al cine de acción más manido: un héroe, una chica, una legión de facinerosos y escenas de acción trepidantes con frases socarronas. Funcionó, pero quedó lejos de los éxitos logrados con Verhoeven o Cameron. Los noventa estaban demostrando ser una década dura de roer, con reglas que él no parecía entender. A pesar de todo, y sin la lección de "Junior" aprendida, el hombre abrazó otra vez la comedia con "Un padre en apuros" (1996), aunque ahora acompañado de un profesional, Sinbad.

Sinbad era un humorista que hacía que la gente se descojonase con ganas en EE.UU., pero en el resto del mundo no lo conocíamos. Arnie pensó que, juntándose con él y dejándose pisotear un poco, recuperaría el favor de la crítica y del público de la mano de Brian Levant y Columbus; el primero especializado en comedias idiotas, el segundo en productos con niños.

El resultado fue una cinta que, como mucho, salvó los trastos por los pelos (véase spoiler 1). A buen seguro su reducido presupuesto de $60 (véase spoiler 2) millones ayudó a que el umbral de rentabilidad fuese bajo. Sin embargo, la crítica la machacó. Y con razón. La película parecía por momentos una TV movie, y las payasadas que hacía Arnold para reírse de sí mismo le acercaban a la vergüenza ajena. Su visionado prende la idea en el espectador de que el austríaco está desesperado y busca agarrarse al socorrido universo del entretenimiento familiar, algo confirmado al ser una película navideña.

En general, y al margen de lo que digan los medios, la realidad es que es un trabajo que presenta a personajes idiotas, que bebe de la comedia física, y que no tiene claro si hacer una apología del consumismo descerebrado o criticarlo. Sus defensores, que los tiene, argumentan que es familiar (entiendo que porque no hay disparos ni tetas), que es entretenida (supongo que comparado con una caja de cartón) y que transmite un "hermoso mensaje paterno" (no será por un padre plegado a las obsesiones consumistas de su churumbel). También hay quienes ven en ella una sátira al consumismo, a la competitividad, al miedo al fracaso y a los sentimientos de culpa paternales (leído aquí, en FilmAffinity). Admiro a estos últimos para ver tanto, porque como crítica me parece veladísima.

Sea como fuere, esta película dibujó una raya en el suelo dejándole claro a Schwarzenegger que, de ahí en adelante, se había acabado la tontería, y que tendría que aprender a lidiar con el fracaso y la frustración de no volver a ser el mismo.

PS: Apenas dos meses después de esta película, en enero de 1997, el mismo Arnold que quería hacer taquilla con esta comedia familiar se folló a su criada y la preñó de un hijo bastardo, Joseph Baena. Se ve que en Navidad los renos no fueron los únicos con cuernos. Go, Arnold, go!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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