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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
2
Acción Cuando el crimen se extiende como una plaga, el teniente de policía Marion "Cobra" Cobretti es el único remedio para combatirlo. La misión de Cobra consiste, por una parte, en detener a los seguidores de una secta de asesinos y, por otra en proteger a Ingrid, la testigo de un asesinato cometido por la banda. Con lo que no cuenta es con la existencia de un "topo" en el departamento de policía, que se encargará de informar del escondite de la chica. (FILMAFFINITY) [+]
16 de agosto de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con $160 millones de recaudación y solo $25 millones de presupuesto, "Cobra, el brazo fuerte de la ley" (1986) fue el "Comando" de Stallone. Allí donde Arnie exterminaba facinerosos como patos de feria, Sly fulminaba a los miembros de una secta de asesinos. Pero vayamos por partes. ¿Qué leches es esto de "Cobra...", aparte de un título que rezuma jactancia?

"Cobra..." fue la respuesta de Sylvester a la exitosa masacre pseudoparódica que el austríaco había montado un año antes. El argumento de esta nueva casquería era tan inverosímil como la de aquélla: en Los Ángeles, una minúscula secta se está dedicando a dar matarile a ciudadanos escogidos al azar en nombre de no sé qué bobada sobre un nuevo orden social. No son delincuentes muy discretos que digamos, pues la mayoría se gastan unas pintas con las que es difícil pasar desapercibido. Dado que la policía, el FBI, la CIA y hasta los "Men in Black" no parecen capaces de pararles los pies, la tarea recae en un policía adamantino, impasible y contundente apodado Cobra (Stallone, vaya). El poli más duro de la unidad más dura del departamento más duro de la comisaría más dura. Durante uno de esos ataques, una chorva, la danesa Brigitte Nielsen, logra escapar con vida, por lo que encargan a Cobra que la proteja (y, si toca, que se la folle), pues es un activo valioso para la investigación. Lo malo es que los facinerosos no están por la labor de estarse quietos, por lo que les dan caza. Y así hasta los títulos de crédito.

Una película esta que ha quedado en el recuerdo, no solo por su historia sin pies ni cabeza, sino por los pésimos actores a los que endosaron diálogos de cartón piedra y personajes simplistas. Todo en ella es tan absurdo, tan exagerado, tan desproporcionado que, si la hubiesen forzado un poco más, habría salido un título paródico. Pero no, "Cobra..." no llegó tan lejos. En su lugar echó el freno cerca de la frontera, prefiriendo quedarse dentro del cine de acción que aspira a tomarse en serio a sí mismo, aun cuando todo parecía planeado para ser un gran recochineo.

Decir que "Cobra..." fue un vehículo para el lucimiento del potro italiano sería quedarse corto, pues al caballero no había quien le tosiese después de "Rocky" y "Rambo". Un comportamiento prepotente que se trasladó al rodaje, en donde el director P. Cosmatos, un dictador de tomo y lomo con los actores, se achantaba cada vez que Sylvester hacía acto de presencia para hacer y deshacer como le venía en gana. Tanto, que acabó siendo el director no oficial de la cinta. Más aún, la chulería de Stallone hasta le permitió ausentarse del rodaje cuando le venía en gana, provocando retrasos innecesarios. Porque sí, porque él lo valía.

Los problemas no se acabaron con la fotografía principal, pues la edición se tornó en una escabechina dado el miedo a la competencia. El metraje fue reducido para proyectar más pases diarios, sospechando que no estaría en cartel demasiado tiempo. Esto, dicen algunos sobrados de tiempo libre, derivó en una ristra de incongruencias en el montaje final. Yo más bien diría que toda la película fue una incongruencia en sí misma.

A pesar de todo, la película fue un exitazo, evidenciando así el nulo pensamiento crítico de las masas durante los ochenta; década dorada para cualquier inmundicia que le cayera en gracia a la turba. Las ideas más fachas, popularizadas al amparo de un Hollywood rendido al reaganismo, encontraron cabida en los productos de acción protagonizados por machos iracundos, ya fuesen rambos, ninjas americanos, desaparecidos en combate, kickboxers o cualquier cosa hecha por un austríaco. No todo fue malo, justo es decirlo, porque también hubo trabajos que, al margen de su culto a la violencia, se rodaron con buen hacer y garra. Pero sí que abundó la porquería.

"Cobra..." en definitiva, fue una película excesiva en donde un psicópata con placa asesinaba a otros psicópatas sin ella en nombre de la justicia, el orden y la paz. Es decir, pena de muerte aplicada a discreción de un individuo socialmente inepto que, por fortuna para el resto de los ciudadanos, le dio por estar en el bando correcto. Miedo da pensar el día que se le cruzasen los cables y prefiriese el crimen. Que diez años después hiciese "Juez Dredd" (1995) no debería extrañar.

En resumen, un bodrio descomunal que triunfó en taquilla y que se ha convertido en un trabajo admirado entre los espectadores más extremistas, entre los abogados del jarabe de palo como solución a todos los problemas sociales o, simplemente, entre los asustados de vivir en un mundo más complejo (ya sabe, la nostalgia y el "antes los Bollycaos estaban más buenos"). Con medio litro de ron puede colar como comedia.

PS: Seis nominaciones a los Razzies. ¡Seis! Es que ya le vale al inútil del Stallone.
Jose_Lopez_5
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