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Voto de Jose_Lopez_5:
5
Ciencia ficción Tras años de guerra, la Federación y el imperio Klingon se disponen para una conferencia de paz. Pero el panorama de una negociación intergaláctica con implacables enemigos, preocupa al Almirante Kirk. “¡Son animales!”, advierte. Cuando una nave Klingon es atacada y responsabilizan al Enterprise, los perros de la guerra vuelven a ser liberados: ambos mundos se preparan para el que puede ser su encuentro definitivo. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2021
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El año 1991 fue vespertino para Star Trek, con la franquicia cumpliendo ya el cuarto de siglo desde su estreno en TV, allá por 1966. Por entonces, los largometrajes de la tripulación clásica convivían con la serie de televisión interpretada por una nueva generación, en antena desde el 87. Además, el último largometraje, estrenado en 1989, había sido una soberana pifia, con Shatner pluriempleado como protagonista, en la dirección, en el guion, en el montaje... y porque no le dejaron hacer más cosas. El cabrito se quedó contento.

Ese año, el 91, fue también el elegido para estrenar una sexta aventura que, ahora sí, enfilaba ya la puesta de sol, pues los años pesaban y no era cuestión de seguir dividiendo a los seguidores entre la tripulación clásica y la nueva, encabezada por Jean Luc Picard. Era, por tanto, el momento de finiquitar a la trupe clásica. En consecuencia, "Star Trek VI: aquel país desconocido" (1991) adoptó un estilo crepuscular para que todo el reparto clásico pudiera despedirse. Bueno, todos, todos, no. Shatner aún tenía pendiente lucirse en "Star Trek: generations" (1994), cinta en donde se reservó su momentazo dramático antes del paso de testigo, aunque con algún papelito menor para sus compañeros de viaje. A este tío el ego le pesa más que sus pelotas.

Cualitativamente, "Star Trek VI: aquel país desconocido" fue un trabajo ligeramente superior a su antecesor, lo que no fue ningún reto, dado que Shatner casi había rayado el suelo con el listón. Con un presupuesto ligeramente superior que la anterior, aunque inapreciable por el IPC, la cinta mostró a una tripulación que ya adolecía de una ancianidad indiscreta. Porque si en la otra ya no podían disimular la vejez, aquí ya casi que era el hilo conductor de la historia.

Este hecho quedó expuesto por medio de numerosas frases e indirectas nada sutiles, en donde se iba dejando claro que ya estaban mayores para seguir con la tontería galáctica, y que era el momento de afrontar su destino. Curiosamente, esto contrastó con el rejuvenecimiento de Uhura, a quien le encasquetaron un tinte en el pelo que le quitó una década de encima. Pero, vaya, que no engañaban a nadie.

En cuanto a la chicha, si la anterior cinta careció de épica, aun cuando su idea principal derrochaba misticismo, esta otra optó por ponerse cultureta y pomposa, con frecuentes citas a Shakespeare, referencias a Sherlock Holmes, y un aire filosófico algo forzado. Pero siempre con el transcurrir del tiempo como denominador común. Un recurso un poquito cargante que acompañaron con dosis de humor, aunque sin llegar a los extremos casi paródicos de la anterior.

Técnicamente destacó por el uso de un primigenio CGI para crear fluidos y realizar "morphing", muy novedoso por entonces, aunque desde luego nada comparable a lo que James Cameron ya había hecho en "Abyss" (1988) y lo que ese mismo año lograría con "Terminator 2: el día del juicio final" (1991); película revolucionaria a rabiar que elevó esa técnica a la mayor de sus glorias.

En resumen, última película protagonizada en exclusiva por el reparto clásico. No fue ningún broche de oro, pero al menos sirvió para enjuagarse la boca por el mal sabor que había dejado el experimento de Shatner dos años atrás.
Jose_Lopez_5
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