Haz click aquí para copiar la URL
España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
3
Acción. Thriller Después de haber vivido un infierno, John Rambo se retira a su rancho familiar, pero su descanso se ve interrumpido por la desaparición de su ahijada tras cruzar la frontera con México. El veterano de guerra emprende un peligroso viaje en su búsqueda, enfrentándose a uno de los carteles más despiadados de la zona. Así descubre que, tras la desaparición de la chica, hay oculta una red de trata de blancas. Con sed de venganza, deberá ... [+]
31 de julio de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rambo es un personaje digno de estudio. No de uno largo, pero sí entretenido.

Rambo fue la ópera prima como novelista de David Morrell, allá por el 72. Un texto iniciático que pronto atrajo la atención de Hollywood, pero que necesitaría de una década antes de ser película, y no sin que antes Stallone mutase al protagonista para adaptarlo a voluntad. De hecho, Sly no iba a interpretarlo, pero se metió tanto en el guion que se convenció de ser el único capaz de hacerlo. Así, y de la mano de Ted Kotcheff, Mario Kassar y Andrew Vajna, Stallone parió a un personaje llamado a ser icónico. Uno tan potente y carismático que formó parte de la cultura popular.

Tres años pasaron de aquel primer Rambo. Los mismos que Sly empleó en recuperarlo, aunque ahora dándole un giro de tuerca. Porque si el Johnny del 82 aún conservaba una cierta complejidad tras su carácter taciturno y hosco, el del 85 fue transformado en una picadora de carne Moulinex. Un tipo que mataba gente sin mover un músculo de la cara. Un enfoque que, otro trienio después, repetiría con su tercera encarnación; una que fue la más excesiva de todas: "Rambo III" (1988). Tanto, que orilló los límites de la caricatura.

Veinte años después, en el 2008, y en lo que ya parecía un imposible por la edad, Stallone volvió a Rambo (o Rambo a él, tanto monta), cascándonos una cuarta aventura. Y, como ya era norma en Sly, lo volvió a cambiar por pura necesidad. Porque, claro, los años pesaban, y el cuarto Johnny ahora era (tenía que ser) un señor mayor. Uno al que no le quedaba otra que aceptar que la guerra y él eran la misma cosa. Este nuevo Rambo, rodado con una fotografía más apagada y unos colores más próximos al cine de terror que al de acción, no lo hizo mal. No es que fuera notable, porque el personaje no da para mucho, pero esquivó el ridículo.

Llegados a este punto, uno pensaría que ya está bien. Que Rambo ya ha dado todo lo que podía, e incluso más. Que, o bien el personaje queda para la historia del cine, o se pasa el testigo a otro actor. Pero no, Stallone no estaba por la labor y aún nos tenía preparado otra película, la quinta. Señoras, señores, "Rambo: last blood" (2019), en contraposición a aquel "First blood" del 82. Había que cerrar el círculo.

Si el Rambo del 2008 ya era un tipo machacado por la edad, puede imaginarse cómo estaría once años después. Porque, sí, el quinto John Rambo ya es un anciano. Uno que vive en mitad de Arizona y al que, a la vejez, le ha entrado complejo de topo y se ha puesto a cavar túneles por todas partes. Los años son así.

Total, que el nuevo Rambo, ya en casa (o, al menos, lejos de sitios en donde le tocasen las narices), se ve en la necesidad de enfrentarse a un grupo de criminales mejicanos. Unos facinerosos que han raptado a la hija de una amiga con menos luces que una patera, y que casi se merece su destino. De modo que allá va Johnny a liarla parda a México, aunque la verdadera acción tendrá lugar en su rancho; lugar reconvertido en una especie de tierra sin ley en donde poder matar a todo quisqui.

Si la cuarta entrega aún tenía algo de valor, aunque fuera muy poquito, esta quinta ya carece de él. A Johnny se le ha acabado la cuerda narrativa, y ya no hay más guerras, más traumas, ni más enemigos. De hecho, Stallone se ve obligado a forzar la historia para generar un nuevo conflicto. Uno que transcurre a pocas revoluciones, sin escenas míticas, sin frases memorables y sin nada que deje huella. Porque al menos los otros Rambos, para bien o para mal, dejaron momentos en el recuerdo. Este no.

De por medio tenemos a Paz Vega metida con calzador (su personaje es olvidable). Esa actriz regulera que por entonces aún perseguía el sueño americano tras "Lucía y el sexo" (2001), y que aquí se pensaba que lograría impulsar su carrera de alguna manera. Debió de equivocarse en tanto que, de unos años para acá, no hacemos más que verla por España, país que eludió durante más de tres lustros y en donde ahora recala buscando trabajo (véase spoiler 1).

En resumen, última entrega del tipo que come cosas "que harían vomitar a una cabra". Esperemos que con ella Sly deje en paz a un personaje que ya es irreconocible. Porque esto podría ser Rambo como podría ser cualquier otra película de tipos que acuden al rescate de algún familiar. Es la más floja de toda la pentalogía. Y eso, tratándose de Rambo, es para hacérselo mirar (véase spoiler 2).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow