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Voto de VictorRodrigo:
10
7,3
20.186
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras Después de que todas las mascotas caninas de Megasaki City sean exiliadas a una isla que es un vertedero, un niño de 12 años emprende un viaje para buscar a su perro extraviado. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muy poco talento humano capaz de crear cine, producir películas o transportar la imaginación del espectador a un sinfín de historias. Es evidente que en un mundo tan globalizado, rápido, constante y repetitivo, “cualquiera” es capaz de hacer un metraje que tenga mínimamente sentido (o incluso que carezca de él, pero sea visual) con cuatro recursos, un guión (o que lo aparente) y personas que actúen (o lo intenten). Existe demasiado cine fácil, de plástico, irrelevante a ojos de muchos espectadores. Es por todas y cada una de estas razones por las que Wes Anderson tiene un mérito increíble.

Los directores de cine capaces de marcar huella en cada una de sus películas se acaban convirtiendo en leyendas. La nueva genialidad del norteamericano sobresale gracias a un nivel de sensibilidad y detalle en cada segundo del metraje, como si de un haiku se tratase. Anderson no es que no deje absolutamente nada al azar, es que roza la perfección auudiovisual. El stop motion, técnica de animación usada y explotada por directores como Tim Burton, es la base perfecta para el conjunto de ingredientes que nos hace saborear la película: guión, estilo, personajes, trasfondo y los homenajes intrinsecos.

En un Japón futurista, los perros han sido confinados a una de las islas del archipiélago nipón, una dónde almacenan basura a toneladas. Confinados a la marginación, los caninos han dejado de ser los mejores amigos del hombre. Nadie les quiere. Les han olvidado. Contra todo pronóstico y opinión, un niño va contra el mundo establecido: quiere recuperar a su perro. Con este precedente comienza un viaje por un sinfín de matices e historias que Anderson nos va introduciendo con sátira, humor y detallados momentos que elevan este film a un Olimpo cinematográfico. El homenaje a la filmografía del histórico director Akira Kurosawa (y a la cultura japonesa) es sublime, más tratándose de una película de animación.

El mundo interior y las preocupaciones de Anderson se cuelan inteligentemente en el guión de Isla de Perros. Introduce con suma cintura problemas políticos (lucha de clases, corrupción o nacionalismos), los económicos (lobbies o capitalismo) y los sociales (racismo, xenofobia, protestas estudiantiles, maltrato animal). Pero los grandes protagonistas son, sin duda, los perros. Con un elenco envidiable, liderado por Bryan Cranston, se llega a unos niveles de proximidad con los animales como en pocos films podrá ocurrir. Buscando un mensaje empático con los desfavorecidos, Anderson juega con el lenguaje: escuchamos y entendemos a los perros, pero no comprendemos a los humanos porque hablan japonés. El inglés pero, si es traducido, como todos aquellos humanos que lo hablen.

No se trata de una película cualquiera. La isla cinematográfica de Anderson vuelve a enamorarnos otra vez, supera con creces las expectativas y roza la perfección. En momentos la alcanza con las yemas de los dedos. Me quito el sombrero.
VictorRodrigo
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