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Drama
Una película basada en los hechos ocurridos en 2001, en Génova, durante la conferencia del G8. Aunque la ciudad se había blindado para recibir a los dirigentes de las potencias mundiales, un grupo de activistas, la mayoría estudiantes, se encerraron en la escuela Díaz y fueron desalojados brutalmente por la policía. Según denunció Amnistía Internacional, en Génova tuvo lugar la violación de los derechos humanos más grave desde la II ... [+]
10 de mayo de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miedo, angustia, terror, desasosiego, ansiedad, pánico, preocupación, malestar, consternación, congoja, incertidumbre, temor, nerviosismo, horror, desolación, pavor, tristeza, perplejidad, conmoción, pena, desesperación, agotamiento, desamparo, aflicción,… Todos esos sentimientos debieron afluir a los seres humanos presentes en la Escuela Díaz un infame 21 de julio de 2001 a causa de la desmedida violencia ejercida contra ellos por unas bestias vestidas de uniforme.
Daniele Vicari, director de Diaz: No limpieís esta sangre, consigue transmitir todos esos sentimientos al espectador que asiste atónito a una espiral de violencia incomprensible e injustificada. El cineasta logra que el público sienta los golpes, tanto en el aspecto físico como en el psicológico, que reciben ese grupo de jóvenes y no tan jóvenes protagonistas de una historia de terror absolutamente real. Los minutos que transcurren entre la entrada de los ‘carabinieri’ a la Escuela y su salida se vuelven tan insoportables como necesarios para sacar a la luz un hecho opacado por el gobierno italiano.
Vicari no necesita elementos paranormales para generar miedo, basta con un grupo de policías sedientos de sangre movidos por un odio irracional. El realizador italiano ha creado un nuevo subgénero: El terror-realista. Para ello, hace uso de un tono documental que acrecienta la sensación de realismo, utilizando imágenes reales tomadas durante los incidentes que tuvieron lugar en Génova durante aquellos días. El movimiento antiglobalización invadió la ciudad italiana reivindicando que ‘otro mundo es posible’ y la respuesta recibida fue tajante.
Daniele Vicari, director de Diaz: No limpieís esta sangre, consigue transmitir todos esos sentimientos al espectador que asiste atónito a una espiral de violencia incomprensible e injustificada. El cineasta logra que el público sienta los golpes, tanto en el aspecto físico como en el psicológico, que reciben ese grupo de jóvenes y no tan jóvenes protagonistas de una historia de terror absolutamente real. Los minutos que transcurren entre la entrada de los ‘carabinieri’ a la Escuela y su salida se vuelven tan insoportables como necesarios para sacar a la luz un hecho opacado por el gobierno italiano.
Vicari no necesita elementos paranormales para generar miedo, basta con un grupo de policías sedientos de sangre movidos por un odio irracional. El realizador italiano ha creado un nuevo subgénero: El terror-realista. Para ello, hace uso de un tono documental que acrecienta la sensación de realismo, utilizando imágenes reales tomadas durante los incidentes que tuvieron lugar en Génova durante aquellos días. El movimiento antiglobalización invadió la ciudad italiana reivindicando que ‘otro mundo es posible’ y la respuesta recibida fue tajante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El director no utiliza caras conocidas, sino que reúne un reparto coral que le permite contar varias historias que desembocan en la masacre de la Escuela Díaz. Desde un viejo sindicalista, hasta una joven idealista, pasando por un maduro hombre de negocios; todos ellos se vuelven iguales ante las porras de los ‘carabinieri’. Vicari congrega una torre de babel en la que el italiano, el inglés, el francés o el español fluyen con naturalidad. El papel de la prensa, que silenció lo ocurrido, también es analizado de forma crítica en la película.
Vicari no escatima a la hora de mostrar la violencia ejercida por los policías, lo que en determinados momentos hace pensar en un regodeo cercano al sensacionalismo. El propio director, presente en el preestreno de la cinta en España el pasado 20 de noviembre, se encargó de disipar dudas: “La película es más ligera que lo pasó allí en realidad”. Lo más incomprensible es que el día anterior la policía había asesinado al activista Carlo Giulani y en vez de intentar calmar los ánimos, se embarcó en una operación que la propia Amnistía Internacional calificó como la suspensión de derechos humanos más grave en un país occidental desde la II Guerra Mundial.
Lo mejor: La sensación de realismo.
Lo peor: En algunos momentos se vuelve reiterativa.
Vicari no escatima a la hora de mostrar la violencia ejercida por los policías, lo que en determinados momentos hace pensar en un regodeo cercano al sensacionalismo. El propio director, presente en el preestreno de la cinta en España el pasado 20 de noviembre, se encargó de disipar dudas: “La película es más ligera que lo pasó allí en realidad”. Lo más incomprensible es que el día anterior la policía había asesinado al activista Carlo Giulani y en vez de intentar calmar los ánimos, se embarcó en una operación que la propia Amnistía Internacional calificó como la suspensión de derechos humanos más grave en un país occidental desde la II Guerra Mundial.
Lo mejor: La sensación de realismo.
Lo peor: En algunos momentos se vuelve reiterativa.