Media votos
7,1
Votos
4.099
Críticas
66
Listas
19
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de yesterday:
7
6,3
1.155
Drama
En un campo de refugiados palestino de Cisjordania, Chloé, una joven canadiense, cuida a mujeres embarazadas. Su relación con personas que se hallan a ambos lados de los muros y puntos de control del campo, hará cambiar sus creencias y convicciones. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede ser neutral en el conflicto palestino-israelí? Desde Madrid, lugar desde el que escribo esta crítica, lejos de los atentados y de los bombardeos que sufren unos y otros puede parecer fácil, pero cuando estás allí hasta la persona más ecuánime del mundo acabaría tomando partido arrastrada por los acontecimientos. Ese es uno de los mensajes que se pueden extraer de Inch’Allah. Pese a ello, la película deja a las claras que la violencia engendra más violencia y lleva a un callejón sin salida.
La protagonista, una joven canadiense que cuida a mujeres embarazadas en un campo de refugiados palestino, vivirá una serie de sucesos que le harán replantearse sus convicciones. Como ginecóloga será testigo de la fina línea que separa la vida de la muerte en esa zona del mundo. Cuando la tragedia tiene lugar entre sus brazos, Chloé (Evelyne Brochu) será incapaz de mantenerse al margen y tomará partido cometiendo los mismos errores que alargan el conflicto ‘sine die’.
Inch’Allah está dirigida por Anaïs Barbeau-Lavalette, representante del cada vez más pujante cine canadiense, aunque sería más justo decir quebequés, que en los últimos tiempos nos ha traído obras como Incendiés, con la que mantiene puntos en común, y Profesor Lazhar. Tanto Denis Villeneuve como Philippe Falardeau, directores de las películas anteriormente mencionadas preparan su salto a Hollywood con las prometedoras Prisoners y The Good Lie.
La protagonista, una joven canadiense que cuida a mujeres embarazadas en un campo de refugiados palestino, vivirá una serie de sucesos que le harán replantearse sus convicciones. Como ginecóloga será testigo de la fina línea que separa la vida de la muerte en esa zona del mundo. Cuando la tragedia tiene lugar entre sus brazos, Chloé (Evelyne Brochu) será incapaz de mantenerse al margen y tomará partido cometiendo los mismos errores que alargan el conflicto ‘sine die’.
Inch’Allah está dirigida por Anaïs Barbeau-Lavalette, representante del cada vez más pujante cine canadiense, aunque sería más justo decir quebequés, que en los últimos tiempos nos ha traído obras como Incendiés, con la que mantiene puntos en común, y Profesor Lazhar. Tanto Denis Villeneuve como Philippe Falardeau, directores de las películas anteriormente mencionadas preparan su salto a Hollywood con las prometedoras Prisoners y The Good Lie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Barbeau-Lavalette consigue imprimir a la obra un logrado tono documental, narrando el día a día de la protagonista en sus idas y venidas entre Israel y Palestina, pese a que en algunos momentos roza el tedio. En el último tercio la película levanta el vuelo cuando se desata el conflicto moral de Chloé y comete un acto irreparable que marcará el resto de su vida. El plano final, con un niño disfrazado de Superman golpeando el muro que separa ambos territorios, demuestra que la resolución del conflicto requiere de ‘superhombres’ capaces de derribar barreras y encontrar resquicios para la esperanza.
En los últimos tiempos han proliferado películas que han mostrado la compleja realidad que se vive en ese lugar del mundo, entre las que destacan Los Limoneros (Israel) o Paradise Now (Palestina). Así Inch’Allah se suma al esfuerzo que viene realizando el séptimo arte por poner su granito de arena en la resolución del conflicto. Pese a ello, la propia directora reconoce: “Incluso ahora no me atrevería a decir que entiendo el conflicto palestino-israelí”. Yo, tampoco.
Lo mejor: La utilización del sonido y el plano final.
Lo peor: Su ritmo moroso en algunos momentos.
En los últimos tiempos han proliferado películas que han mostrado la compleja realidad que se vive en ese lugar del mundo, entre las que destacan Los Limoneros (Israel) o Paradise Now (Palestina). Así Inch’Allah se suma al esfuerzo que viene realizando el séptimo arte por poner su granito de arena en la resolución del conflicto. Pese a ello, la propia directora reconoce: “Incluso ahora no me atrevería a decir que entiendo el conflicto palestino-israelí”. Yo, tampoco.
Lo mejor: La utilización del sonido y el plano final.
Lo peor: Su ritmo moroso en algunos momentos.