Sin caer en la comparación, me he sentido halagado por una juventud que fuimos de iluminados fantasmas, que sin matar ni una mosca éramos los putos amos del destino. La locuacidad esponjosa de la música, el delirio de lo más alto. Eran esos años 70-80's, de nuestra pasión Mod.
Nuestra Vespa incluida, nuestras "parcas".
La música de esta peli es la misma. El asesino sólo un rompecorazones, sin más.
El abogado homosex., renegado, inepto, salvador, un delirio de una adolescencia "clavada" en celuloide.
Que puedo decir de una historia vívida y tan real como el tormento de contar una historia que no sirve de nada porque ya está dicha.
Irrepetible como Quadrophenia, a la americana, la copia de Brighton en la 5'th Ave. En el dignísimo bróker building de Mies.
Si no hubiera tocado esas paredes de travertino, nunca hubiera imaginado película semejante.
Maravillosa y enternecedora. Criminal.
Pero Yankee...