Hacía mucho tiempo que no me reía tanto con una película. Sus personajes, situaciones y diálogos son tan profundamente delirantes y surrealistas que provocan la carcajada incluso en alguna de las escenas más dramáticas. Por mucho que esperase algo completamente distinto a lo que vi, no tengo más remedio que darle una buena nota. Me lo pasé en grande viéndola. Lo del monstruo, una anécdota (y bastante menos espectacular de lo que me imaginaba, debo reconocer).

No sé qué frase rescatar del rosario de sentencias antológicas que deja la película... Bueno, sí, quizás la de: "Va a vomitar a otro hombre. Por favor, esta vez que tenga un móvil que funcione".

Descojonante.