Uno de los mejores momentos de "Aliens el regreso" la soberbia segunda parte de la saga Alien es cuando al principio de la película la teniente Ripley sueña con una situación que repite la primera película. Es como si James Cameron dijera: "Si fuera un director cutre haría un calco de Alien, como soy un genio voy a hacer una continuación de verdad".
Lo cierto es que el director cutre llego y se llama David Fincher.
Alien 3 parece una de esas copias italianas que en los años 80 y 90 llenaban los videoclubes. Es un calco de la situación de la primera película, pero sin su guion, su atmósfera, sus personajes creíbles y entrañables o su coherencia. En Alien 3 después de un arranque inverosímil todo es previsible, todo lo has visto ya pero mejor. Los humanos se comportan como perfectos imbéciles, el escenario es bochornoso, el bicho da pena y el guion vergüenza ajena.
Y no pasaría de ser una película mala si no fuera por el pecado de destruir una saga que parecía destinada al olimpo del cine de Ciencia Ficción. El pecado es que obvia toda la segunda parte (Aliens) todo la información, los personajes, todo. Le habría salido mas a cuenta decir que Aliens era un sueño y que Ripley todavía estaba en la capsula de la Nostromo, al menos así recobraríamos al gato... gatito, gatito.
Como David Fincher ha entrado en el espacio cultista de sabihondos y enteradillos algunos mas papistas que el Papa han querido releer este solemne bodrio con lenguaje rimbombante cuando el propio Fincher dice que es una mierda de película.
Y tiene toda la razón