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Voto de Gabriel Cuervo:
10
6,3
2.091
Comedia
Octave trabaja como creativo en una prestigiosa agencia de publicidad parisina, pero llega un momento en que, harto de tener que someter sus ideas a los mediocres directores de marketing, decide hacer todo lo posible para provocar su despido con el fin de conseguir una jugosa jubliación anticipada. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2010
19 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El consumo de esta genial obra de… lo que sea que es… puede conllevar varios riesgos, que en últimas, y espero, les haga desear inevitablemente conseguirla lo más pronto posible, sentarse en su cómodo sofá, y ser testigos de cómo Kounen, de mano de la fascinante interpretación de Jean Dujardin, crea una ingeniosa opera de singularidad inimaginable, que no busca más que burlarse de nosotros como espectadores de una manera tan fantástica, que terminamos muertos de la risa por los mismos y geniales insultos que nos escupe la película.
En fin, los riesgos que he mencionado al principio, los he condensado en cuatro principales advertencias –si ustedes detectan más sería conveniente que las publicaran–:
Primera, a quienes amen el mundo de la publicidad terminarán odiándolo, a quienes lo odien o lo ignoren, terminaran amándolo.
Segunda, si por alguna razón, ya sea orgullo testarudo, o algún defecto congénito, se abstienen de reírse en toda la película, es inevitable que al final terminen llorando.
Tercera, desconfiarán de los mensajes publicitarios por uno u dos días, después simplemente se reirán de esta sencilla desgracia.
Cuarta, si son un público atento, la película les hará abrir los ojos hasta casi desgarrarle los parpados, sin piedad ni anestesia, hecho por el cual terminaran aborreciéndola y adorándola al mismo tiempo –interesante sentimiento– como me ha pasado a mí.
En fin, los riesgos que he mencionado al principio, los he condensado en cuatro principales advertencias –si ustedes detectan más sería conveniente que las publicaran–:
Primera, a quienes amen el mundo de la publicidad terminarán odiándolo, a quienes lo odien o lo ignoren, terminaran amándolo.
Segunda, si por alguna razón, ya sea orgullo testarudo, o algún defecto congénito, se abstienen de reírse en toda la película, es inevitable que al final terminen llorando.
Tercera, desconfiarán de los mensajes publicitarios por uno u dos días, después simplemente se reirán de esta sencilla desgracia.
Cuarta, si son un público atento, la película les hará abrir los ojos hasta casi desgarrarle los parpados, sin piedad ni anestesia, hecho por el cual terminaran aborreciéndola y adorándola al mismo tiempo –interesante sentimiento– como me ha pasado a mí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El lenguaje publicitario que esta obra maneja de una manera intencionalmente descarada durante toda su progresión llega a niveles de genialidad autentica, únicos, diría yo en mi corta experiencia cinematográfica. No puedo evitar mencionar la inolvidable travesía por las calles de Paris en el convertible de Octave bajo la influencia de una pastilla que parecía ser LCD, en donde la mezcla entre animación y realidad y el cruento humor negro al que llega, la convierten en una de las mejores representaciones alucinógenas tras la pantalla, que he tenido oportunidad de apreciar.
Por otro lado, el juego de finales alternos y perturbadoramente conectados, me ha dejado perplejo. No había visto nunca, un final alternativo que se mostrará un poco después de correr los créditos, es algo simplemente genial.
Por otro lado, el juego de finales alternos y perturbadoramente conectados, me ha dejado perplejo. No había visto nunca, un final alternativo que se mostrará un poco después de correr los créditos, es algo simplemente genial.