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Voto de Luigi De Angelis:
8
Drama Eve, una mujer que ha sido abandonada por su marido, se reúne con sus tres hijas para tratar de afrontar la situación. Ella se encuentra en un momento crítico, pero sus hijas también tienen sus propios problemas, algunos de ellos derivados del poco cariño que han recibido de su madre. Las emociones se desbordan cuando el marido se presenta en la casa familiar acompañado de la mujer con la que quiere casarse. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen es un icono del cine estadounidense normalmente asociado con el género humorístico, sin embargo, como devoto admirador de Ingmar Bergman que es, no ha dudado en abordar esporádicamente aspectos oscuros de la psique humana desde una perspectiva dramática, inflexible y profundamente analítica que de alguna manera evoca y glorifica al gran maestro sueco. “Interiores”; un maduro, riguroso y brillante drama familiar es el primer título en el que se puede apreciar al insigne director y escritor experimentando con sus habilidades en esta faceta.

La trama de “Interiores” se desarrolla en el seno de una familia neoyorquina pudiente cuyos miembros, gente intelectual e insegura, sufren intensamente debido a sus respectivos conflictos existenciales. Eve (Geraldine Page), una perfeccionista así como exitosa decoradora de interiores, y Arthur (E.G. Marshall), un abogado adinerado que le debe todo a su esposa, conforman un matrimonio longevo que ha procreado tres hijas ya adultas: Renata (Diane Keaton), una poetisa talentosa que vive angustiada con la idea de la muerte; Joey (Mary Beth Hurt), la hija más inteligente, consentida del padre pero herida por sus propias inseguridades y el desafecto de la madre; y, Flynn (Kristin Griffith), la actriz de la familia, tan hermosa como vacía. Eve ama obsesiva y posesivamente a su marido, esto, acompañado de una seria debacle de su salud mental, motiva la decisión de Arthur de separarse, decisión que conlleva graves repercusiones en las relaciones familiares y que más adelante; cuando Arthur se compromete con Peral (Maureen Stapleton), una viuda jovial, tonta y de buen corazón; culmina con un final trágico para algunos y la oportunidad de un comienzo doloroso para otros.

El argumento es bastante sólido, contempla reflexiones interesantes y profundas acerca de la vida así como un desarrollo de personajes muy prolijo que describe sin cesar sus características psicológicas explicando, de esa forma, sus inconsolables angustias e incontestables dudas. Además, la obra penetra en el meollo de las relaciones familiares proporcionando al espectador una mirada íntima e incisiva, a ese entorno, acompañada de una propuesta visual sencilla, algo lacónica, pero que bellamente transmite la desesperanza a la que alude la totalidad del film.

Woody Allen demuestra a través de este drama con visos “kafkianos” su total capacidad de hallar belleza en el dolor y también su solvencia para dirigir actores: Geraldine Page es fantástica, ha capturado la esencia de su personaje asumiendo una figura resuelta, dramática y revestida con una altivez tan magna que es capaz de avasallar a cualquier persona; Maureen Stapleton trabaja con esmero su pequeño papel, con su entusiasmo y energía disgrega un poco el tono general de la película; también son elogiables, en este departamento, las honestas y conmovedoras interpretaciones de Diane Keaton y Mery Beth Hurt.
Luigi De Angelis
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