El problema de esta película es el permanente recurso a los tics almodovarianos (el travesti, la religión, etc, etc, etc). Como que Almodóvar se repite película a película pero en cada repetición el trago se va aguando. No creo que nunca haya alcanzado un verdadera graduación alcohólica (¿en "Mujeres al borde de un ataque de nervios"?) pero partamos de donde partamos, la cosa se va desdibujando.
A esta altura sus arietes en contra de una moral burguesa (malentendida) sólo pueden escandalizar a un grupo de hermanas carmelitas descalzas. Ya lo decía Onetti (y en la década del '50), "No intenten deslumbrar al burgués: ya no resulta; éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo".
La historia está bien, el melodrama está bien, algunos gags resultan pero Almodóvar suele aburrir entre tanta repetición. Y Cecilia Roth sobreactúa la mitad de la película como ya nos tiene acostumbrados.
Redondeo para arriba con un 6. El Oscar le llega (como a tantos otros) en el momento más regular de su producción: cuando la obra no tiene mucho más que decir.