Pese a ser un encargo (según dicen); pese a ser un remake y pese a que me pueden caer collejas por todos lados, decir que Perfectos desconocidos de Alex de la Iglesia supera en todo a la soporífera y empalagosa Perfectos desconocidos original.

Será porque conecto más con los personajes; será porque sus problemas los veo más cercanos; será porque del primer al último actor y actriz están de premio; será porque tiene muy mala uva; será porque Dafne Fernández está guapísima (más collejas); será porque Eduard Fernández ofrece el momento más emotivo y sorprendente de la noche. Sea por lo que sea, esta es de las pocas veces que la copia supera al original.

Lastima de final que me dejó ojiplático y bastante decepcionado, pero cinco minutos no pueden echar abajo hora y media de gran cine.