Lo mejor para que una película guste es, cuanto menos se sepa de ella mejor, pues es la única manera que esta pueda sorprenderte. Es lo que me pasó con esta, solo conocía su tema principal pero no sabía por donde me podía llevar.
Que todo esto que acabo de contar sea cierto, no quita que la película y la odisea personal de ese ladrón de obras de arte no me resulte por momentos inverosímil, escapando de muertes seguras. El accidente de coche, ataques de animales y personas y el hecho que el protagonista se pase media película en pelotas bañándose en ríos con el frío que debe hacer en Noruega me hace pensar que debe ser una especie de Superhéroe con superpoderes.
El final tampoco resulta creíble por el hecho de querer dejarlo todo atado en un muy reducido tiempo.
Entonces, después de decir esto ¿puedo decir que la película me gustó? No, más bien puedo decir que me entretuvo, me lo pase bien, pero que una vez salido del cine es olvidada.