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Voto de MigueL:
7
6,8
28.693
Drama
Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven y ambicioso corredor de bolsa que consiguió terminar sus estudios universitarios gracias a su esfuerzo y al de su padre (Martin Sheen), mécanico y jefe de sindicato. Su mayor deseo es trabajar con un hombre al que admira, Gordon Gekko (Michael Douglas), un individuo sin escrúpulos que se ha hecho a sí mismo y que en poco tiempo ha conseguido amasar una gran fortuna en el mundo de la bolsa. Gracias a ... [+]
19 de octubre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Stone nunca ha sido una persona que por sus venas corra la aventura, la ciencia-ficción o el terror, aunque en sus inicios empezara con un filme debilucho que poco asombro creaba, pero bueno todos tenemos nuestros comienzos. Lo que funciona y muy bien en la mente de este interesante realizador es el afán por construir historias alimentadas por un realismo puro, que no viaje a otro lado sino que se mantenga en el suelo. La peculiaridad sale cuando es capaz de contar historias llenas de dinamismo, y eso es lo que se agradece. Precisamente en Wall Street, uno de sus títulos más "codiciados", nunca mejor dicho, es lo que se ve, un guión con un tema en particular alejado de nuestros intereses pero que coge fuerza gracias a la dirección de este señor y el desenvolvimiento de los intérpretes de la función.
Sin que su trama sea potencialmente entretenida, Oliver Stone da una muestra de lo que se debe hacer con los dramas que no son de un atractivo importante. En una primera toma de contacto, las cámaras muestran el cielo de New York con destino a la primera presentación de uno de los personajes con mayor protagonismo y aparición en la cinta. Corrientud y esas sensaciones que tenemos cualquiera de nosotros ante una entrevista de trabajo, es lo que da a ver Stone en el personaje de Charlie Sheen en la primera parte de la película. Sin desvelar la apariencia del carcamán, el individuo del que todos hablan como si se tratara del mismísimo emperador Julio César, y es que lo es, corre un misterio en el ambiente impecable. Pasamos al siguiente nivel, que es donde se conocen los diferentes protagonistas, y ahí es cuando todo empieza a tener más atracción dado que el juego del gato y el ratón se ve reflejado en la relación de ambos personajes. Un paso a paso sin dilación llendo directamente al grano, y eso es lo que se agradece por parte del director, que según va desarrollándose la historia todo sea cogido con una fluidez más que notoria. Otra de las cosas que implanta Stone es la mínima iluminación rodeando todo el alrededor dejando la silueta enfrente reflejando la figura del antagonista llena de oscuridad. Llega un momento que el tema central no puede dar más de sí, no cesa más allá y otra vez se da a ver la mano del patrón dando paso a la parte más dramática de la película, y eso ayuda porque Wall Street es extensa en su duración, si algún defecto se asoma, son esos. No hay que olvidar la música que impone y refleja bien cada instante de la cinta.
---> Sigo en zona Spolier..
Sin que su trama sea potencialmente entretenida, Oliver Stone da una muestra de lo que se debe hacer con los dramas que no son de un atractivo importante. En una primera toma de contacto, las cámaras muestran el cielo de New York con destino a la primera presentación de uno de los personajes con mayor protagonismo y aparición en la cinta. Corrientud y esas sensaciones que tenemos cualquiera de nosotros ante una entrevista de trabajo, es lo que da a ver Stone en el personaje de Charlie Sheen en la primera parte de la película. Sin desvelar la apariencia del carcamán, el individuo del que todos hablan como si se tratara del mismísimo emperador Julio César, y es que lo es, corre un misterio en el ambiente impecable. Pasamos al siguiente nivel, que es donde se conocen los diferentes protagonistas, y ahí es cuando todo empieza a tener más atracción dado que el juego del gato y el ratón se ve reflejado en la relación de ambos personajes. Un paso a paso sin dilación llendo directamente al grano, y eso es lo que se agradece por parte del director, que según va desarrollándose la historia todo sea cogido con una fluidez más que notoria. Otra de las cosas que implanta Stone es la mínima iluminación rodeando todo el alrededor dejando la silueta enfrente reflejando la figura del antagonista llena de oscuridad. Llega un momento que el tema central no puede dar más de sí, no cesa más allá y otra vez se da a ver la mano del patrón dando paso a la parte más dramática de la película, y eso ayuda porque Wall Street es extensa en su duración, si algún defecto se asoma, son esos. No hay que olvidar la música que impone y refleja bien cada instante de la cinta.
---> Sigo en zona Spolier..
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Más que una historia de avaricia o codicia, Wall Street es una meditación entre el poder de los ricos, el engaño y la persistencia del pensamiento irrefrenable en la mente de personas como el sujeto que maneja Michael Douglas. No solo se queda ahí, más claramente estamos ante una lección obvia sobre la necesidad de tener o no tener la felicidad en nuestras manos a cambio de unos cuantos pisoteos sobre la cualidad del ser humano.
Michael Douglas es el auténtico ejemplo de como se debe hacer una interpretación a la altura, evidentemente después recogería sus frutos con el Oscar. Sin dar mucha atención, solo la necesaria para complementar junto a Charlie Sheen un enfrentamiento que es lo más parecido a una enemistad tipo David-Goliat. Ambos con limpieza y sin ningún error completan un confrontamiento con armas imperiosas olvidando el juego limpio. Lo que uno enseña, el otro lo aprende, hasta llegar al conocimiento supremo de cómo saber contonearse en el mundillo que los rodea. Claramente en los últimos minutos de la película hay una escena entre ambos que manifiesta todo lo anterior dicho. Y ante todo esto estamos hablando de una estrella que iba en busca de hacerse un hueco en Hollywood en un debut dentro del drama. Charlie Sheen, por lo contrario debutaba en tal cine de calidad y no hace falta darse cuenta que la realidad de los actores simplifica el rol que cada uno adquiere en el filme. Filme que cuenta también con caras conocidas como Martin Sheen o Daryl Hannah, una Daryl Hannah que se codeaba por esas fechas con actores de gran calibre como Harrison Ford y Tom Hanks. Su papel no es muy trascendental pero saca de él buen resultado y a pesar de lo poco que aparece, regala una buena actuación. Martin Sheen más de lo mismo, después de haber estado al lado de Kirk Douglas, el padre de Michael iba a estar al lado de su hijo Charlie y del hijo de su compañero Kirk. Hasta el momento no había explotado mucho su carrera como actor, pero queda claro que hace lo necesario para conectar con los demás e ir al compás de sus compañeros.
Wall Street acaba por convencer, no sólo llega a ese punto de dejar un buen sabor de boca, que lo hace, sino que también llega a esclarecer las muchas dudas sobre si ponernos a ver una película sobre tiburones adinerados que sólo se preocupan por llenarse de dinero más y más los bolsillos. Ahí aparece Oliver Stone para dejarnos una historia que se sitúa ante un tema poco atrayente pero que con la ayuda de sus actores en esa batalla sobre paseos sobre el engaño y andaduras en la naturaleza destructiva de otros, eso y el paso a paso allanador del director hacen de Wall Street un título de lo mejorcito en la década de los 80'.
Michael Douglas es el auténtico ejemplo de como se debe hacer una interpretación a la altura, evidentemente después recogería sus frutos con el Oscar. Sin dar mucha atención, solo la necesaria para complementar junto a Charlie Sheen un enfrentamiento que es lo más parecido a una enemistad tipo David-Goliat. Ambos con limpieza y sin ningún error completan un confrontamiento con armas imperiosas olvidando el juego limpio. Lo que uno enseña, el otro lo aprende, hasta llegar al conocimiento supremo de cómo saber contonearse en el mundillo que los rodea. Claramente en los últimos minutos de la película hay una escena entre ambos que manifiesta todo lo anterior dicho. Y ante todo esto estamos hablando de una estrella que iba en busca de hacerse un hueco en Hollywood en un debut dentro del drama. Charlie Sheen, por lo contrario debutaba en tal cine de calidad y no hace falta darse cuenta que la realidad de los actores simplifica el rol que cada uno adquiere en el filme. Filme que cuenta también con caras conocidas como Martin Sheen o Daryl Hannah, una Daryl Hannah que se codeaba por esas fechas con actores de gran calibre como Harrison Ford y Tom Hanks. Su papel no es muy trascendental pero saca de él buen resultado y a pesar de lo poco que aparece, regala una buena actuación. Martin Sheen más de lo mismo, después de haber estado al lado de Kirk Douglas, el padre de Michael iba a estar al lado de su hijo Charlie y del hijo de su compañero Kirk. Hasta el momento no había explotado mucho su carrera como actor, pero queda claro que hace lo necesario para conectar con los demás e ir al compás de sus compañeros.
Wall Street acaba por convencer, no sólo llega a ese punto de dejar un buen sabor de boca, que lo hace, sino que también llega a esclarecer las muchas dudas sobre si ponernos a ver una película sobre tiburones adinerados que sólo se preocupan por llenarse de dinero más y más los bolsillos. Ahí aparece Oliver Stone para dejarnos una historia que se sitúa ante un tema poco atrayente pero que con la ayuda de sus actores en esa batalla sobre paseos sobre el engaño y andaduras en la naturaleza destructiva de otros, eso y el paso a paso allanador del director hacen de Wall Street un título de lo mejorcito en la década de los 80'.