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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
7
Drama Un día en la vida de Monsieur Oscar: un hombre que se traslada, en una lujosa limusina blanca conducida por Céline, de trabajo en trabajo. Para cada uno de ellos adopta una nueva personalidad: mendigo, monstruo, asesino, padre de familia... (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vilipendiada y vituperada a partes iguales, soy de la opinión de que "Holy Motors" acaba salvando con buena nota la sucesión de pajas mentales que el amigo Carax se casca para servirnos un festín posiblemente estúpido, muy limitadamente original, pero indiscutiblemente provocador y libérrimo.
Sin argumento tal cual, "Holy Motors" nace del arte de la impostura y de la necesidad de interpretar varios personajes en nuestra propia vida, para ampliar nuestra experiencia vital y hasta nuestros propios límites. Apoyado, pues, en una camaleónica, terrible y espectacular multiinterpretación de Lavant, la película es un conjunto bizarro, surrealista y que increíblemente apenas bordea o cae en el ridículo en casi ningún momento (la parte final de melodrama musical/filosófico con una Kylie Minogue bien flojita podría acercarse...). Ahora bien, si a día de hoy alguien ve en Carax un genio del cine de autor que deje de intentarlo: es un tipo listo y muy consentido (francés), un manipulador que hace cocktails arbitrarios a corto plazo, para transgredir la conciencia y la paciencia del espectador. Tiene momentos brillantes (el episodio del cementerio es brutal, terrible, sórdido; las caracterizaciones de Lavant son impresionantes) y "Holy Motors" trastoca, descoloca y no descarrila pero Haneke, Tarr, Von Trier o el finado Angelopoulos están a sideral distancia y categoría de éste.
No sabemos, pues, si estamos ante una obra artística de bizarra poesía o ante una pesadilla hueca rellena de fascinantes y bellamente sórdidas imágenes, sin más contenido, esto es, ante un esteticismo planificado pero logrado: son un conjunto de cortos que hacen un largo.
Carax parece decirnos que todos vivimos bajo un guión preestablecido y que aún en nuestra inacción adoptamos múltiples formas, bajo globales silogismos: el mundo es un Teatro; un día entero es una Vida; el final del día es algo parecido al cansancio o la vejez, a la Muerte, en fin.
kafka
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