La amistad entre un viejo musulmán (querible Shariff) que regenta una tienda y un adolescente judío (bien Boulanger) en un barrio parisino multiracial y marginal, lleno de angelicales prostitutas...
Pese a la obviedad de lo que propone (puentes entre culturas, es más lo que nos une que lo que nos separa, un canto a la amistad y la tolerancia, la edad y la experiencia son la mejor educación para un joven desorientado) y la superficialidad de su ejecución, es una película que entretiene sin emocionar, que resulta aceptable sin convencer plenamente y que hace un digno esfuerzo por resultar siempre interesante y jamás molesta.