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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
10
Drama Después de una cena en la mansión de los Nóbile, los invitados descubren que, por razones inexplicables, no pueden salir del lugar. Al prolongarse la situación durante varios días, la cortesía en el trato deja paso al más primitivo y brutal instinto de supervivencia. Una parábola sobre la descomposición de una clase social encerrada en sí misma. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si cualquier día me preguntan por mis diez películas favoritas o por las diez mejores de la historia, no sé si pondría ésta, pero SIEMPRE estaría en mis pensamientos. Casi nada.
Estamos ante una obra maestra demencial y brutal, conseguida y lúcida hasta lo óptimo que maximiza hasta lo inalcanzable su planteamiento argumental: la reunión de un grupo de ricos burgueses invitados por uno de ellos a su mansión. Después de cenar, inexplicada e inexplicablemente, quedarán totalmente aislados del mundo exterior, sin ser capaces de salir del salón de la casa. Según pasan las horas, la etiqueta, elegancia y moralidad van degenerando en malos modos, ensañamiento hacia el prójimo e inaguantable desazón.
La riqueza de esta película la hacen una de las obras maestras más polimórficas y ambivalentes argumentalmente hablando. Se trata de muchas cosas a la vez y en esencia de nada al mismo tiempo. Un caso único. En esencia, podría ser una parábola satírica sobre la falsa moralidad burguesa pero aquí se va más allá y se presenta con una vileza y una crueldad asombrosamente cómicas; la fábula de estos seres atrapados eternamente por no sé sabe qué o quién (ni falta que hace saberlo) de etiquetada elegancia que siempre los acompaña a una claustrofóbica insensatez más coherente dado su incomprensible (auto)cautiverio/secuestro es sencillamente genial.
La mejor explicación es que no la hay (Buñuel dixit). El maestro aragonés crea un paisaje y paisanaje absolutamente logrado que combina con igual fortuna un erotismo furtivo y reprimido espléndidamente rodado con un surrealismo irrepetible simbolizado en un oso, o toda la iconografía cristiana en que se divide el departamento del encierro que a modo de sarcófago acabará viendo la muerte de amour fou de dos jóvenes que no aguantan su situación de no poder explicitar su amor, o esa mano socarrona, sin duda alguna uno de los más memorables elementos aportados al cine fantástico y, sobre todo, el rebaño de ovejas como cumbre de la locura total y sintética del film: un rebaño acude a la iglesia en la que han vuelto a quedar los mismos personajes tras haber "escapado" de su encierro, repitiéndose así la secuencia en la que estos animales (no lo olvidemos, un capital icono cristiano) servían de alimento a los desesperados seres atrapados al desfilar por la casa e introducirse en el salón.
"El ángel exterminador" es insuperablemente socarrona y despreciativa hacia sus personajes, es aún más salvaje si se mira desde el punto de vista de los "que están afuera": gente agolpada ante la casa que o bien rechaza o bien no puede ayudar a estos seres, resultando aún más surrealista la situación y pudiendo concebirse como una cruel muestra del triunfo de los perdedores (los criados y sirvientes que inteligentemente abandonan la casa como si supieran lo que iba a ocurrir) sobre los acostumbrados y pulidos triunfadores burgueses.
Es la prolongación de un estado de gracia, casi místico, una suerte de obra maestra kafkiana tamizada de sublime humor y socarronería buñuelianas. Una película infinita, inabarcable, macabramente divertida, genialmente concebida, inexplicable a la vez que explicación de todo. La cumbre de Buñuel; la cima de un artista único.

P.D.: Se me ocurren unos cuántos desalmados a los que mandaría yo un "ángel exterminador" parecido a lo que aquí ocurre. En el mismo Wall Street o en la Moncloa, tanto monta, monta tanto.
kafka
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