Una premisa argumental hasta válida (un jubilado de 70 años entra a trabajar como becario en una exitosa e incipiente empresa de venta de ropa por Internet) pero que Meyers lleva a su tópico terreno: la comedia trillada, convencional y previsible de trasfondo conservador, sin espíritu crítico ni capacidad de observación. El personaje de De Niro era un caramelo pero este hombre cada vez más es una mueca de sí mismo pese a que tiene buenos momentos junto a una irregular Rene Russo y, sobre todo, con Hathaway.
Inocua, pues, paulatinamente aburrida y transmitiendo un "deja vu" que roza lo molesto, apenas puede saldarse con un apagado aprobado raspado para lo que pudo haber sido.