Un clásico del cine de ciencia ficción no precisamente favorecido por el paso de los años en lo que respecta a su faceta técnico/narrativa.
Resulta una película muy interesante e indudablemente entretenida pero en la que su muy apreciable y variopinto contenido queda abortado y mutilado por la tosca, alocada y despistada realización de un Schaffner increíblemente inepto para poner en pie tan sugerente proyecto a base simplemente de sus dotes de artesano, lo que fue toda su vida.
De argumento futurista, delirante e inquietante (una nave espacial americana va a caer a un planeta dominado por los simios dónde éstos tratan a los hombres como seres prehistóricos e ingenuos) presenta una reversión del mundo actual de tal forma que si del simio provenimos al simio volveremos. Film analítico y filosófico, de connotaciones antropológicas y cosmogónicas, pero con una vocación continua de entretenimiento, presenta toda la historia además en un contexto desmoralizante: un planeta destruido, despótico, anárquico, intransigente, que en una sorprendente secuencia final (para mí bastante mal rodada como casi todas) alcanza la gran fama que tiene (spoiler).
Una película tan interesante y estimulante en su contenido (la obra de Pierre Boulle), como pobre y vulgar en el resto de sus apuestas, incluidas unas interpretaciones discretas, dónde solo la belleza de Maurice Evans resulta verdaderamente estimulante.
spoiler:
Ahí nos damos cuenta que ese planeta no es sino la propia Tierra, pues Heston descubre asombrado la estatua de la libertad semienterrada en una playa.