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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
9
Thriller. Intriga El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, ... [+]
22 de abril de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se incrusta directamente en el thriller americano de los 90. Incluso clicheada en sus personajes principales: el poli negro, a punto de jubilarse y desencantado; el poli blanco, joven, guapo, pragmático. Se apunta a la moda del psicópata sistemático. Sin embargo,
resulta estúpido cerrar "Seven" a su género y vallar desde ahí sus posibilidades. Se pueden discutir sus logros, pero es necio negar que esta película no tiene una personalidad formal y estética fortísima, inquietudes de todo tipo (filosóficas, sociológicas, psicológicas) y una ambición, nunca pretenciosidad, magníficas, resultando una parábola/fábula hiperrealista de la sociedad actual, pegajosa, sucia, dolorosa y oscura.
Es un hijo maldito concebido entre la maravilla estética de la pesimista obra maestra "Blade Runner" (siempre lloviendo y de noche incluso a plena luz del día) y esa otra obra maestra del thriller moderno americano que es "El silencio de los corderos". De ahí no sale una película mimética sino celuloide distinguido, desasosegante. Resulta una película estéticamente brillantísima, dónde un brutal pesimismo, sin concesión alguna, comulga magistralmente con esa estética, produciendo un efecto inmediato, expansivo.
Ese pesimismo, para mí lo más soberbio de esta obra maestra, se acrecienta cuando "Seven" no solo se queda en el thriller comercial, aquí de sesgo morboso y sórdido, que permitiría su conocido reparto. El guión de "Seven" reúne tal cúmulo de inquietudes y perspectivas, de reflexiones que por sí solas merecen un respeto que por gran parte de la crítica ni siquiera tuvo. Grande, grande Andrew Kevin Walker.
Para más señas, "Seven" quiere ser (y lo hace muy convincentemente) una parábola acerca de la sociedad actual, de una lógica pesimista brutal: en una sociedad podrida, sucia y cínica como la actual, hinchada de seres oscuros, de personas deshumanizadas, quién mejor para desparasitarla que uno de los más grandes entre ellos: el psicópata aglomerador, muy posiblemente, de los siete pecados capitales en los que se basa la trama de la película en una misma persona, quién metódica y ceremoniosamente se encarga de quitar toda esa mierda de la circulación. El final, brutal, gélido, tiene una hondura, mala uva y negrura nunca vistas en el thriller comercial americano, y no deja de ser sino el redondeo del puzzle, la mitificación y ensalzamiento definitivo del sórdido pesimismo que emana de aquí y que será, insisto, lo que nos queda y quedará eternamente de esta película.
Freeman hace un trabajo solemne, sereno, prodigioso, conmovedor; Pitt en su mejor trabajo aún cuando sigue siendo solo un proyecto de actor; pero es Spacey quién otorga a la película el giro espectacular, definitivo, el salto mortal que requería, para ofrecer un trabajo literalmente soberbio, una sonrisa de un cinismo que lo dice y lo escruta todo, un rostro dónde se refleja la putrefacción del mundo a su alrededor, de forma soberana y formidable. Inolvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kafka
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