Me gustó, sin arrebatarme, la mítica novela de Nabokov. Sé que el escritor ruso le dió un tocho de guión a Kubrick. Sé que Kubrick tuvo que reciclarlo e intentar ponerlo adecuadamente en imágenes. Sé que no era fácil. Pero también sé que no me ha gustado la versión de Kubrick de la novela. Y también sé que estoy hasta los huevos de que críticos y público se arrodillen ante cualquier cosa del presunto genio. Y es que "Lolita" tiene un arranque muy bueno, con la presentación de sus personajes... todo, hasta la magnífica y sintética escena del cine (la película de terror, de angustia, es la que le espera, efectivamente, a Mason). Pero luego todo se estira en dos horas y media dónde el pelele personaje de Humbert y el de la muñeca Lolita, van y vienen, entre la pluriactividad histérica de Shelley Winters y el recochineo matador de un Peter Sellers, que es lo único memorable del asunto. Y entre tanto metraje, entre tanto autocreencia de genialidad kubrickiana, el fondo último de la historia (ese pervertido a su pesar, obnubilado por una niña, que lo lleva al abismo vital) queda diluido y desagregado en un pastiche aburrido, por momentos interminable dada su petulancia.
No me gusta Lolita. No me gusta Sue Lyon. No me acabo de creer al esforzado James Mason. Me parece atropellada la gran Shelley Winters. Creo, definitivamente, que no me gusta Kubrick (salvo "Senderos de gloria", "Atraco perfecto" y "Espartaco", por ese orden). Joder, que ya he visto toda su filmografía (salvo "La chaqueta metálica").