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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
9
Drama Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY) [+]
11 de abril de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto tres veces esta película. La primera, a trozos, me pareció notable; la segunda una obra maestra total, absoluta y sobrecogedora. La tercera también una obra maestra pero imperfecta. Esto es una idea de la multitud de lecturas, opiniones y calificaciones que en un mismo saco admite este film. Precisamente es una de sus funciones poner sobre la mesa un montón de preguntas y ofrecer pocas (o ninguna) respuestas. Es una película de intensidad "in crescendo" ejemplar, que nos autoconvence y nos fascina, que nos transmite sensaciones y situaciones tan terribles como reconfortantes. Es una película de pretendida y conseguidísima ambigüedad que logra, de manera holgada, sus objetivos.
Coproducida por Michael Douglas, es una adaptación de la para mí, fenomenal, novela contracultural de Ken Kesey. Y es ya en los anales de la historia del cine un título clásico, mítico o como quieran llamarlo. Centrada en la figura de un ex-combatiente en Corea que simula trastornos psíquicos para ser internado en un psiquiátrico y evitar así la pena a trabajos forzados. Es un personaje inolvidable, interpretado memorable y sobresalientemente por el incorregible, genial e histriónico Jack Nicholson. Este personaje llega al psiquiátrico como símbolo de una revolución, como figura de una rebelión contra lo que representa ese psiquiátrico: un sitio cerrado, unas normas estrictas, un encasillamiento irreversible. Es un héroe activador de un grupo de lunáticos maravillosos (espléndidamente interpretados y perfilados), un delincuente simbólico e imprescindible para esos tarados atestados, vacíos y programados. Hete aquí pues una lectura sociopolítica de enorme calado en la película, una parábola/metáfora que proyectada desde el film hacia fuera, cabría verse como un canto a la libertad, a lo diferente, a la revolución, a la autoconfianza por encima de lo establecido, a valerse por uno mismo por encima de las múltiples limitaciones. Es una lúcida, abierta, ambigua y poderosa crítica hacia el Sistema. El cuco no tiene nido, estos seres tampoco. Pero alguien vuela por encima de lo invisible, invitando a creerse que es verdad lo imposible, lo invisible. Y para muestra queda la desgarradora, sintética, poética y cruda secuencia final.
Forman logra una sobria, intensa y perfecta puesta en escena, armónica a la par que suficientemente desatada, clásica a la par que un punto rompedora. Pues la película no encaja tanto como clásico como sí lo hace de modelo de revolución contra lo clásico.
Memorablemente interpretada, con admirables trabajos de Louis Fletcher, Will Sampson y los secundarios (entre ellos Danny DeVito) me parece, me sigue pareciendo, una obra simbólica, admirable y más imprescindible cuánto más seguimos jodiendo este mundo entre todos/as.
kafka
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