Una psiquiatra (querida Jennifer) se adentra en la mente de un psicópata para averiguar dónde se encuentra su última víctima y de paso buscar arreglar el propio caso clínico del asesino. Sin ser brillante, "La celda" tiene voluntad de riesgo y aceptable estilo. Cruza terror (rayando el gore), thriller psicopático (aquí traumaticaso y necrófilo), policiaco y fantástico, un tobogán que provoca tanto entretenimiento como a veces una leve sensación de hartazgo y sobreutilización de aspectos técnicos y visuales. Supone otra vuelta de tuerca en el cine con psicópatas, con muy buena, barroca y autosuficiente (su mayor defecto también) imaginería, pericia en la realización y resultados mejores a la media, por lo cual merece un respeto.