Tras rozar la obra maestra de su peculiar estilo con la muy singular y excelente "Fargo", los Coen han dado al traste con ese magnífico proceso de evolución que estaban llevando a cabo y con "El gran Lebowski" dan de lleno en el dardo del bodrio e invitan abiertamente a que sus detractores entren a saco sobre sus defectos (mezclas de géneros sin ningún rigor, guiones irregulares, discutible dirección de actores, sentido del humor desafortunado con las historias que se cuentan...). Así, este es un embarullado y muy nocivo film para ellos debido a una desdichada concepción argumental de algo "a priori" interesante y divertido, al optar por un tono hiperbólico en lo sustancial, histriónico en las interpretaciones (sobre todo un desbocado y muy desagradable Goodman), muy pretencioso en lo relativo a lo estético. Y así en todos los aspectos, hasta alcanzar "El gran Lebowski" perfectamente la categoría de gran peñazo. ¡Cómo me he aburrido con esta desaliñada y vacía película!. Solo salvo aquellos momentos en los que aparece el magnífico Turturro.