La historia de Shane (Ladd), un hastiado pistolero que llega a una granja en el Estado de Wyoming, dónde todos los campesinos atraviesan por dificultades debido a la presión del cacique local... Considerada un clásico absoluto del western e incluso venerada en no pocos sectores, "Raíces profundas" es simplemente una buena película, dónde hay un par de defectos de base nunca bien ponderados: principalmente que Alan Ladd no acaba de convencer como héroe melancólico, esbelto y casi proletario, como un Robin Hood de los campesinos; el otro, que la guapa Jean Arthur no me parece una actriz con el carisma suficiente para hacer vibrar una película y más con el pánfilo de Ladd enfrente. Los secundarios son los auténticos artífices de que al artesano Stevens no se le vaya el asunto a los meandros de la más absoluta discreción: el niño tampoco, de verdad.
"Raíces profundas" es, digámoslo ya, previsible y la forma de ensalzar a los débiles frente a los poderosos tiene más trampa que consistencia. No me emociono ni me lo creo en ningún momento.
Un clásico, sí. Pero pequeñito: "El jinete pálido" le aventaja en todo, dejándola en cueros. Menudo es mister Eastwood.