El director de un banco (Valero) desaparece tras cometer una importante estafa. Desde entonces su mujer (Forqué) será asediada y presionada para que reestablezca el buen nombre de ese banco y todo vuelva a la normalidad.
Desde su atalaya apartada de gran cineasta personal e inconfundible sin ya nada que demostrar, logra Camus una buena película de intriga, sin el más mínimo aspaviento, simplemente a través de un guión notable y la cálida y serena mirada de Verónica Forqué.
"Amor propio" propone una trama que no hace sino desnudar la codicia y egoísmos latentes en este puto mundo y más todavía en la jungla financiera/bancaria. Para cerrar ese círculo de la codicia no falta sino que Forqué asuma el embolado y estafe a su vez a su marido y a los tiburones que lo retienen.
En un irreversible mundo codicioso, el que no lo es no existe. Magníficas interpretaciones para una obra artesanal realmente notable por sencilla y diáfana (Dios mío, que vigencia tiene actualmente).