Uno de los menos frecuentados y/o reconocidos films de Bergman y, sin embargo, otra de las incontestables obras maestras que jalonan su ingente filmografía. Partiendo como siempre del respeto/exigencia máxima a unos actores tan motivados como entregados y admirables (todos bordan sus papeles, especialmente Grönberg) y en la maravillosa fotografía del inigualable Nykvist (aquí con Hilding Bladh, Bergman vuelve a ofrecer otro retrato profundo, letal y soberbio del ser humano y sus pasiones y contradicciones.El deseo sexual, el egoísmo, la maldad, el circo que es la vida, la angustia, la muerte, la vanidad, la infidelidad, la derrota y hasta la infinitesimal felicidad en medio del macizo de defectos que al género humano nos acompaña.
La historia se ubica en el circo y de ahí extrae el maestro sueco un microcosmos propio, personal, de una gran fuerza visual en un conjunto que se acerca no poco a un granguiñol en ese circense mundo siempre sometido e infravalorado.
Es "Noche de circo" un profundo drama humano de no poca bufonesca amargura, con espléndidos diálogos y una precisa puesta en escena que llega magistralmente a la psique de los personajes y de los espectadores, y cuya lectura final es que bien pudiera verse como una metáfora de la lucha, derrotada de antemano, de la dignidad de unos seres (especialmente ese sudoroso director de circo) apaleador y humillador en el decadente escenario de la vida.
Uno de los primeros papeles de la gran Harriet Andersson (quien aporta no poco erotismo, por cierto).