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Drama
Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro hombres sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de una cuidadora. Viven aislados, purgando sus pecados. Esta rutina se rompe hasta que llega un quinto sacerdote y el tortuoso pasado vuelve a presentarse...
Larraín ejecuta, de forma distante, cortante y directa, un drama empozoñado, claustrofóbico, casi de terror, que se centra, de forma desnuda y caligrafiada, en el sibilino y no poco criminal ambiente de ciertos sectores de la Iglesia católica.
Larraín no salva a nadie: ni a los seres no sacerdotes, ni a la cuidadora, ni al presunto pastor que intenta reconducir al redil a las ovejas descarriadas. Hay una expiación falsa, hay un club podrido de recuerdos y abominables pecados que les torturarán así en la tierra como en el cielo/infierno que merecen.
Algo monótona a sabiendas, incluso autocomplaciente, es un trabajo magnífico, certero, que abusa, siendo seco, de tanto abusador tapado con faldas o sin ellas, criminales de pederastia y lo que de ello se deriva.
Solo queda a salvo la nobleza de los perros.
Premiada en Berlín y otros festivales.
Larraín ejecuta, de forma distante, cortante y directa, un drama empozoñado, claustrofóbico, casi de terror, que se centra, de forma desnuda y caligrafiada, en el sibilino y no poco criminal ambiente de ciertos sectores de la Iglesia católica.
Larraín no salva a nadie: ni a los seres no sacerdotes, ni a la cuidadora, ni al presunto pastor que intenta reconducir al redil a las ovejas descarriadas. Hay una expiación falsa, hay un club podrido de recuerdos y abominables pecados que les torturarán así en la tierra como en el cielo/infierno que merecen.
Algo monótona a sabiendas, incluso autocomplaciente, es un trabajo magnífico, certero, que abusa, siendo seco, de tanto abusador tapado con faldas o sin ellas, criminales de pederastia y lo que de ello se deriva.
Solo queda a salvo la nobleza de los perros.
Premiada en Berlín y otros festivales.