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Voto de maikitas:
10
Thriller Madrid, agosto de 2007. Curro entra en prisión tras participar en el atraco a una joyería. Era el conductor, y el único detenido por el robo. Ocho años después sale de la cárcel con ganas de emprender una nueva vida junto a su novia Ana y su hijo, pero se encontrará con una situación inesperada y a un desconocido, José.
22 de enero de 2017
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perfecta ambientación del primer largometraje de Raúl Arévalo como director, Tarde para la ira se revela como un magistral largometraje. Antonio de La Torre, encarna a José, un hombre al que le han quitado todo, y dedica su existencia a encontrar a quien lo ha hecho. Luis Callejo, excelente en su papel de Curro, un hombre que lleva el estigma del presidio, y cumple más años de cárcel por no delatar a sus cómplices. Es esta pareja la que lleva el peso de la representación de manera suprema.
Es mérito del director la estructuración de la cinta, con una carta de presentación de media hora, donde se define el contexto de la historia sumergiendo al espectador, en un Madrid de la periferia, en un bar como el que todos conocen, con amigos de siempre, jugando cartas, y el desarrollo de vidas “normales”, mientras el protagonista, esconde un dialogo interno, que se adivina en largos planos de cámara, y un silencio revelador.
Una película con pocos actores, pero los indicados. A medida que transcurre el tiempo, la historia toma fuerza, descubriendo el argumento directamente al espectador, un argumento simple y contundente, pero tan bien trabajado que llega al final, dejándonos a todos con la sensación de que aún falta más que desarrollar, pero a la vez, cerrando de forma magistral la historia.
Raúl Arévalo triunfa en su papel de director, logrando poner en escena de manera convincente y asombrosamente realista, una historia que ha sido contada muchas veces en el cine, pero esta vez, con su propio sello. En el año 1999 Brian Helgeland, lo logra con Payback, pero ayudado del talento de Mel Gibson, y María Bello, en una industria superior en recurso y experiencia. Sin embargo, Raul Arévalo, y su “Tarde para la Ira”, iguala o incluso supera a Helgeland, transmitiendo al espectador, la frustración, y deseo de venganza de un hombre común, que busca desesperadamente los culpables de su tragedia.
Lo malo: El final, demasiado abierto.
maikitas
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