The Cooler

¿Qué decir de "The Cooler"? Que te deja frío, indiferente, un refrigerio que no aspira a plato principal.
Hay veces que creía estar viendo una película de Disney, porque sinceramente, el hecho de que "Natalie" se enamore locamente de "Bernie" no es muy real que se diga. Dejando a un lado que los dos hacen unas interpretaciones notables, William H. Macy y Maria Bello hacen una de las parejas más ridículas que recuerdo, porque ¿qué persona se enamoraría así de primeras de un tío feo, cojo, que vive en un motel y tiene un gafe que espanta?.
No quiero sonar superficial en mi comentario, dejad explicarme:
No es que no pueda ocurrir algo así en la vida real, es que que con lo poco que se nos profundiza esta relación tan compleja en la película, que según el guión más bien resulta un flechazo a primera vista, no nos convence en absoluto, no hay una frase que nos lo aclare todo, no hay ese atisbo cercano al espectador que pueda entender cómo se fecunda un amor tan peculiar.

William H. Macy, actor secundario de categoría superior, no encaja en el rol de protagonista absoluto que se le da en esta película. Es muy buen actor, pero yo no le veo en este papel, como en su momento no veía a Leonardo DiCaprio surcando los mares en Titanic.

Luego está la trama, las andanzas de un patito negro gafe cuya suerte va cambiando según su estado de ánimo, que trabaja en un casino con un jefe que es un auténtico mercenario (perfectamente interpretado por Alec Baldwin), que se enamora de una chica guapa que hace que su vida de un giro radical.

Lo dicho, a mí no me convence este guión a ratos de ciencia ficción lleno de huecos aclaratorios.

Larga es la sombra de Capra. Bajo un torpe maquillaje de melancolía y dureza encontramos el mismo pringoso almibar de siempre. El argumento es fastidiosamente previsible y el happy end cogido por los pelos de cualquier manera. Casi resulta doloroso escribir que Alec Baldwin es lo mejor de la película.

El pobre Reuber (William H. Macy) tiene serias razones para no encontrar agradable la existencia, que se la debe al odioso jefe del tugurio "Shangri-la", pero que a cambio le ha dejado cojo para toda la vida y le mantiene como esclavo en su trabajo de super-gafe en su casino (curioso y poco científico método de ahuyentar a los jugadores con fortuna). Pero aparece por allí una linda camarera, Natalia (Maria Bello), que además de guapa es un poco rarita, y ahí surge una pasión que podría ser el tema de una película esencialmente romántica, cuyas complicaciones constituyen el meollo de la historia que dirige Wayne Kramer. Sí que es buena, especialmente, la interpretación de William H. Macy (tan tristón que parece un pobre que reclama constantemente una limosna), pero, en conjunto, la película no tiene demasiadas gracias, e incluso cuesta un poco aguantarla de un tirón. Tal vez sea interesante, pero hasta eso dudo.

De cómo el director de un casino de Las Vegas hace todo lo imposible para que su gafe, al que envía a las mesas de juego cada vez que un cliente está en racha, se marche.
Desde mi punto de vista, claro ejemplo de cómo un argumento poco creíble y flojo se puede convertir en una película entretenida y bien hecha gracias a la industria del cine (medios y, sobre todo, excelentes interpretaciones). Es cierto que despierta esperanzadoras espectativas en su comienzo, pero la trama va decayendo. Sin embargo, el final depara una sorpresa que, aun no siendo genial, más bien un recurso fácil, no se espera y deja agradablemente solucionado el desenlace.
Lo mejor, las actuaciones de los dos protagonistas. Lo peor, caer en la trampa de creerse la historia, que supongo que el espectador norteamericano igual lo hace.

Es la clase de película que tras verla dices “no está mal”, a los diez días “tampoco era nada del otro mundo” y un año más tarde cuando la pasan por televisión “paso de volver a verla, era un rollo”. Que Bernie se enamore de Natalie a simple vista es normal. Que ésta sienta el flechazo de su vida por un personaje sin atractivo alguno me parece inverosimilitud completa. Y yo me pregunto: ¿Bernie es gafe cuando quiere, cuando puede, cuando está triste, cuando no echa un polvo? ¿Puede gafar a los clientes y en cambio no hacerlo a la banca? El mundo está lleno de crédulos, creyentes, ignorantes, insensatos, etc. Pero también está lleno de caraduras, timadores, astrólogos, curanderos, etc. ¿Que el Macey está bien?, bueno, pero sin pasarse. Las escenas de amor de la parejita huelen a mentira. Resumiendo el film: es la historia de un desgraciado que pasa de tener mala suerte a buena suerte gracias al amor. ¡Amaos los unos a los otros y acertaréis la quiniela o la lotería! Parece ser la moraleja del director, la Teoría de The Culo (con una o ninguna flor brotando del agujero).