Mulholland Drive

Hipnótica e inquietante película de Lynch, un director estadounidense que en sus obras, intensamente pictóricas, presentó algunos movimientos artísticos tales como el surrealismo y el dadaísmo. En 'Mulholland Drive', su trabajo culmen, nos cuenta el relato de una aspirante a actriz llamada Betty (Kidman), frustrada por una relación amorosa rota.

Llena de imágenes deslumbrantes, la trama de 'Mulholland Drive' está compuesta por dos partes, separadas por esa escena en la que el vaquero despierta a Betty. Y es que todo el primer –y mayor– segmento del filme es un sueño de ella, mezclado con recuerdos deformados. El segundo y corto segmento final, explica los hechos reales de la historia.

Una historia imprevisible y rica en detalles, que mezcla lo onírico con la realidad hasta llevarnos a la confusión, que podría resumirse de la siguiente manera: la lesbiana Betty (o Diane, en su sueño deformado) contrata a un asesino para matar a Rita/Camilla (Harring), porque le engañó en su relación al estar enamorada de un director de cine.

El espectador se sumerge en un universo visual y sonoro personal, nuevo, lleno de personajes excéntricos, cuyas identidades se transfunden bordeando lo absurdo y lo bizarro. Lynch hace perceptible la lógica del inconsciente, descubriendo lo oculto de la mente humana.

Todavía recuerdo hace años, cuando fui a ver EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR: La estafa más grande que he vivido en el cine.

Ya había experimetado otra televisiva con DAVID LYNCH y su aborrecible "TUIN PIS" No la escribo bien porque estoy profundamente irritado y no me sale de las gónadas.

He caído nuevamente en el error de participar de semejante payasada. Menos mal que me la han prestado, con lo cual no me he gastado un céntimo de euro.
Ya estamos cansados de que nos tomen el pelo, y si permitimos que lo hagan, después no podemos quejarnos.

¡¡¡A DIOS PONGO POR TESTIGO QUE NUNCA MÁS VUELVO A VER NADA DEL DIRECTOR DAVID LYNCH !!!
Lo mejor para el spoiler....

¿Qué decir de esta película? No creo que existan las palabras exactas para definirla. Es toda una experiencia, un verdadero disfrute para quien se deje arrastrar por la fuerza magnética y la emoción de esa sucesión de imágenes, palabras y música, para quien logre traspasar la barrera de lo convencional y se adentre en este submundo oscuro y confuso, de un Lynch en estado puro.

Las emociones que experimentan las protagonistas (excelentes Naomi Watts y Laura Elena Harring), son las que siente el espectador. Miedo, incertidumbre, confusión, celos, angustia, pasión, amor, culpa, remordimientos… En la calle del desengaño, un callejón sin salida, frío y oscuro, se esconde la conciencia, esa pesadilla con rostro deformado y vestida de negro que nunca desaparecerá.

Y sigue sonando, todavía se oye… Una canción para ellas solas. Una voz iluminada en medio de la oscuridad. Lágrimas sin consuelo posible, no lo hay ni lo existirá jamás. Llorando…

Se podría decir que tenemos, por un lado, unos acontecimientos objetivos, (un accidente de coche en la carretera Mulholland Drive) y luego unos componentes donde sueño, realidad e interpretación forman un conglomerado difícil de separar.

David Lynch ha sido asertivo al decir que cada interpretación es valida y aceptable. cada uno que haga la suya. Como decía Miguel Ángel toda obra de arte tiene algo de inacabado, ya que es el espectador quien la completa.

Mulholland Drive es una obra maestra que me dejo perplejo.

Mulholland Drive esta llena de cientos de elementos únicos, situaciones absurdas, inventadas, irreales totalmente pero Lynch consigue que todo funcione, todo se armonice como una gran opera. Aquí los violines se transforman en confusión, las trompetas en un caos total y absoluto dentro de la armonía de la película y los sonoros tambores se convierten en la esperanza de encontrar salida a toda esa tela de araña. Naomi Watts y Laura Helena Harring nos preocupan, queremos saber más de ellas, lo queremos todo sin darnos cuenta que es imposible seguirlas, se desvanecen, se pierden en nuestro cerebro, entran y salen de él sin que podamos detenerlas. Pensamos que podemos tocarlas pero van demasiado rapido y se esconden en lugares que la mente no llega.

Lynch nos atrapa metafóricamente como lo hace la pequeña pero astuta araña. David Lynch vuelve a jugar con nosotros, se mete en nuestro cerebro y no lo suelta. En las más de dos horas de película nos sentimos felizmente manipulados por él. No nos damos cuenta pero nos gusta.
Vemos la belleza que nunca se ve, el sentido de las cosas, la realidad de los sueños y la capacidad de algunos para crear armonía.

Con esta esencia nos encontramos ante una de las mejores películas del siglo XXI y de siempre.