Whiplash

Recuerda vagamente la primera parte de la peli de Kubrik a esta aburrida peli de un estudiante de música. La ilusión no dura mucho porque intenta adentrarse en el mundo de la Epica sin conseguirlo. Lo que consigue es ser monótona, absurda y gore!?. Un buen telefilm para la tarde del domingo. Recuerda también a aquella serie Fame, la dura competencia del mundo del arte. Es un dêja-vu constante.
Es cierto que si te gustan las big bands se hace más llevadera. La buena música siempre ayuda. Y amansa a las fieras, que parece ser el mensaje final.

Siendo una fan absoluta de la música jazz, esta película ya parecía que iba a ser perfecta para mí. Además el añadido de los temas de la tortura psicológica, la realización personal, la soledad como camino a la grandeza me maravillaron. Pero nada podía predecir lo que sentí al verla. Me conmocionó, fue para mí como un golpe en la cabeza de pura genialidad. La película consigue mantenerte con tensión desde el minuto uno, la música ya de por sí es buena, pero además es adecuada, solo la banda sonora ya consigue engancharte. El ritmo de la película, todo el rato cambiante, como el jazz, mantiene sin embargo un constante aumento. El final fue emocionante, inesperado, original y maravillosamente catártico. Considero que es una de las mejores películas que he visto en mi vida.
Lo que más me entristece es que no vaya a poder volver a verla por primera vez nunca más.

Y esas dos notas son las siguientes:
-Hay cierta inverosimilitud en el ambiente, en las circunstancias, en la forma de actuar de los personajes...
-El final (esto mejor lo aclaro en la zona de SPOILER)

Pero nos encontramos ante una película que es difícil de vender. Actores poco o nada conocidos en una obra sobre un músico de jazz adolescente. Algo que suena a siesta segura no se puede alejar más de lo que veremos aquí.
El primer acorde es la estética con planos detallados, relevantes y ajustados a la situación para hacerte sentir parte de ella.
El segundo acorde son las interpretaciones donde profesor y alumno se marcan un duelo que ni los mejores western.
El tercer acorde es la originalidad de un tema en principio para una minoría se presenta como un producto mucho más amplio donde consigue hacerse asequible y disfrutable.
Finalmente el último acorde es el ritmo. Apasionante, frenético pero sobre todo en compás perfecto que hace no perder ojo de la pantalla.

Una grata sorpresa donde se muestra que no siempre hace falta tratar los mismos temas y con las mismas caras para hacer una buena película.

Una película donde los elementos musicales de superación individual son llevados al limite y por otra parte la perfección del conjunto musical, hacen que los protagonistas, se enfrenten sin tregua en un ambiente hostil, donde al final, al límite, convergen ambos elementos lográndose el equilibrio en la perfección musical.

Muy buena en las partes musicales. Pero flojea en el resto. A pesar de que los actores hacen excelentes interpretaciones, queda algo excesiva a la vez que ingenua e inverosímil.