La habitación del hijo

Desde el principio de la película sabemos que el drama girará en torno a la muerte del hijo (aunque sólo sea por haber leído la sinopsis), por lo que uno podría esperar un drama lacrimoso que buscara la lágrima fácil. No es así. Al igual que el hijo, que se sumergía en las cuevas del mar, y del padre, que lo hacía en los problemas de sus pacientes, aquí Nanni Moretti profundiza de forma muy sincera en el dolor de los familiares (aunque se excede en el protagonismo dado al padre, interpretado por él mismo). Y de ello resulta una película que, si bien no deja de ser emotiva, sobresale precisamente por lo que tiene de indefinido, esa sensación de pérdida y de vacío que se expresa mejor en las dudas y silencios que en los grandes gritos y escenas lacrimógenas.

El señor Nanni Moretti lleva a cabo un film sobre la muerte de un hijo, tema demasiado delicado y que no se debería atever a tocar, y lo utiliza para su propio lucimiento paseando su superficie corporal por la pantalla con el fin de alimentar a su embrutecido ego. Triste y repugnante. Por ello se le condena a la pena capital o a ir en la puta vespa el resto de sus días pues no lo hacía tan mal.

Es una maravilla que el 2001 este film haya ganado la Palma de Oro, premio que a veces parece estar teñido de un color político más que artístico (pienso en films como La vida es bella, Elephant y Fahrenheit 911). Precisamente porque lo mejor que tiene esta película es la carencia total de adornos extrafílmicos, de alusiones políicas simpáticas, de excesos emotivos o situaciones extremas. Aquí sencillamente hay cine en un estado prístino, puro, lo que no es sinónimo de básico, pues creo que la expresión de los sentimientos humanos (en este caso, el dolor) no es tarea fácil; menos cuando se intenta llevar a caboen el cine esta tarea más propia de la literatura.
En una época marcada por la grandiosidad de los efectos especiales y de las tramas fantasiosas, llama mucho la atención una película de contenido tan cotidiano, tan realista y tan emocional.

Película dura de principio a fín que recoge una de las experiencias vitales más dolorosa, cruel, devastadora y temible de cualquier persona como puede ser la inesperada pérdida de un hijo. A esa experiencia -tan desgarradoramente aniquilante y singular, que ni siquiera en el lenguaje existe un vocablo para designar a un padre o una madre que han perdido un hijo-, Nanni Moretti nos acerca de un modo que causa mayor impacto si cabe al hacerlo desde un punto de vista desprovisto de sensiblería o cursilismo y en el que nos podemos reconocer sin el más mínimo esfuerzo. No hay situaciones melodramáticas, no hay momentos de lágrima fácil, sólo hay vida cotidiana y ordinaria -como la de la mayoría de nosotros- que se ve cortada y trastocada en cuestión de un instante y que deja a los sobrevivientes de la tragedia en un mundo lleno de vacío, sin norte, sin agarraderos, sin certezas, arrojados a la dura realidad de la ausencia no deseada y mucho menos no esperada.
Si el cine sirve para reflejar la realidad del ser humano y sus deseos y temores, el film de Moretti aporta un ejemplo certero y agudo en la mejor tradicíón de Bergman pero con un ropaje cultural y emocional adaptado a hoy.

Desgarrador drama psicológico relativo al sufrimiento humano generado tras la pérdida de un hijo. Este bonito y sencillo film italiano nos tensa los sentimientos con una mirada al impresionante duelo y conflicto interior generado a los padres y familiares. ¿Cómo continuar la vida y afrontar la nueva dura realidad ?, la búsqueda de un por qué, los modos de haberlo evitado y la inconsciente e inutil labor de mantener los lazos afectivos con la persona amada. Se dibujan trazos muy ligeros, casi difuminados que el espectador deberá retratar empatizando por sí mismo. Duración quizás algo ajustada que nos da ciertra sensación de inacabada. Precioso tema " By this river" de Brian Eno. Recomendable.